SN 3,11 Sattajatila Sutta
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la mansión de la madre de Migara, en la parque del oeste, cerca de Savatthi. Entonces, cuando se hizo de tarde, el Bienaventurado emergió de el retiro y se sentó en la puerta de entrada exterior. Entonces, el rey Pasenadi de Kosala se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado.
En esta ocasión, siete jatilas, siete niganthas, siete ascetas desnudos, siete ascetas de una sola túnica y siete ascetas errantes —con axilas peludas, uñas largas, largos pelos del cuerpo, llevando sus bultos con los requisitos—, pasaron cerca donde estaba el Bienaventurado. Entonces, el rey Pasenadi de Kosala se levantó de su asiento, arregló su vestimenta superior sobre uno de sus hombros y se arrodilló sobre su rodilla derecha, elevando sus manos juntas en un reverencial saludo hacia los siete jatilas, siete niganthas, siete ascetas desnudos, siete ascetas de una sola túnica y siete ascetas errantes, anunciando su nombre tres veces: “Soy el rey Pasenadi de Kosala, venerables señores; soy el rey Pasenadi de Kosala, venerables señores; soy el rey Pasenadi de Kosala, venerables señores”.
Entonces, no mucho después de que los siete jatilas, siete niganthas, siete ascetas desnudos, siete ascetas de una sola túnica y siete ascetas errantes se hubieran ido, el rey Pasenadi de Kosala se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, aquellos han de ser incluidos entre los hombres en el mundo que son arahants o los que entraron en el sendero del arahantado”.
“Gran rey, para un laico, alguien que disfruta de los placeres sensuales, mora en un hogar lleno de gente e hijos, que disfruta del sándalo de los kasians, viste las guirnaldas, usa ungüentos y perfumes, recibe el oro y la plata, es difícil conocer esto: ‘Aquellos han de ser incluidos entre los hombres en el mundo que son arahants o los que entraron en el sendero del arahantado’.
“Esto se puede saber viviendo con alguien, gran rey, cuya virtud es conocida y después de mucho tiempo, no de poco tiempo; por alguien que es atento, no por alguien que es desatento; por alguien que es sabio, no por alguien que es un zopenco.
“Esto se puede saber viviendo con alguien, gran rey, cuya honestidad es conocida y después de mucho tiempo, no de poco tiempo; por alguien que es atento, no por alguien que es desatento; por alguien que es sabio, no por alguien que es un zopenco.
“Es en la adversidad, gran rey, que puede ser conocida la fortaleza de una persona, y después de mucho tiempo, no de poco tiempo; por alguien que es atento, no por alguien que es desatento; por alguien que es sabio, no por alguien que es un zopenco.
“Es mediante la discusión con alguien, gran rey, que puede ser conocida la sabiduría de una persona, y después de mucho tiempo, no de poco tiempo; por alguien que es atento, no por alguien que es desatento; por alguien que es sabio, no por alguien que es un zopenco”.
“¡Esto es maravilloso, Venerable Señor, es asombroso, Venerable Señor! Qué bien ha sido declarado esto por el Bienaventurado: ‘Gran rey, para un laico… es difícil conocer esto… por alguien que es sabio, no por alguien que es un zopenco’.
“Éstos, Venerable Señor, son mis espías, agentes encubiertos, retornados después de haber espiado el país. Primero se reúne su información y, luego, se la divulga. Ahora, Venerable Señor, una vez que se hayan limpiado del polvo y la suciedad, frescos por el baño y cuidados, con sus cabellos y barbas recortados, van a disfrutar por sí mismos, dotados de las cinco cuerdas de los placeres sensuales, suministrándoselos”.
Entonces el Bienaventurado, habiendo comprendido el significado de esto, en aquella ocasión recitó estos versos:
“Un hombre no puede ser fácilmente conocido por sus formas externas.
Tampoco hay que confiar en una evaluación rápida,
Porque los hombres descontrolados se mueven por este mundo
Usando un disfraz bien controlado.
“Al igual que un pendiente falsificado hecho de arcilla,
O un medio penique de bronce revestido de oro,
Algunos se mueven disfrazados:
Impuros interiormente y hermosos por fuera”.