Re: Florilegio theravada - Lo que el Buda enseñó
Publicado: 09 Abr 2024 20:55
DN 21 Sakkapanha Sutta (extracto)
“Pero, Venerable Señor, ¿qué hace surgir el deseo? ¿Cuál es su origen? ¿De qué nace? ¿Cómo surge? ¿Estando presente qué cosa, surge el deseo, y, estando ausente qué cosa, el deseo no surge?”.
“Lo que hace surgir el deseo, señor de los dioses, es la [incorrecta] reflexión. La [incorrecta] reflexión es su origen. [El deseo] nace de la [incorrecta] reflexión. La [incorrecta] reflexión lo hace surgir. Estando presente la [incorrecta] reflexión, surge el deseo, y, estando ausente la [incorrecta] reflexión, el deseo no surge”.
“Pero, Venerable Señor, ¿qué hace surgir la [incorrecta] reflexión? ¿Cuál es su origen? ¿De qué nace? ¿Cómo surge? ¿Estando presente qué cosa, surge la [incorrecta] reflexión, y, estando ausente qué cosa, la [incorrecta] reflexión no surge?”.
“Lo que hace surgir la [incorrecta] reflexión, señor de los dioses, es la tendencia a la proliferación. La tendencia a la proliferación es su origen. [La incorrecta reflexión] nace de la tendencia a la proliferación. La tendencia a la proliferación la hace surgir. Estando presente la tendencia a la proliferación, surge la [incorrecta] reflexión, y, estando ausente la tendencia a la proliferación, la [incorrecta] reflexión no surge”.
“Y, ¿cómo, Venerable Señor, se debe conducir un bhikkhu para ser dotado del sendero conducente al cese de la tendencia a la proliferación?”.
“Yo declaro, señor de los dioses, que hay dos clases de alegría. Una clase debe ser perseguida y la otra evitada. Y también declaro que hay dos clases de tristeza. Una clase debe ser perseguida y la otra evitada. Y también declaro de hay dos clases de ecuanimidad. Una clase debe ser perseguida y la otra evitada.
“Y, ¿cómo, señor de los dioses, hay dos clases de alegría, de las cuales una debe ser perseguida y la otra evitada? Si alguien conoce esto: ‘Esa alegría, cuando es perseguida por mí, hace crecer los estados perjudiciales y disminuir los estados beneficiosos’, esta clase de alegría, la alegría conectada con lo mundano, debe ser evitada. Además, si alguien conoce esto: ‘Esa alegría, cuando es perseguida por mí, hace disminuir los estados perjudiciales y crecer los estados beneficiosos’, esta clase de alegría, debe ser perseguida. Esto se puede hacer con la reflexión y el pensamiento discursivo, o sin la reflexión ni el pensamiento discursivo. De esos dos, aquella forma sin la reflexión ni el pensamiento discursivo es la mejor. Así es cómo declaro, señor de los dioses, que hay dos clases de alegría: una clase que debe ser perseguida y la otra evitada.
“Y, ¿cómo, señor de los dioses, hay dos clases de tristeza… dos clases de ecuanimidad, de las cuales una debe ser perseguida y la otra evitada? Si alguien conoce esto: ‘Esa ecuanimidad, cuando es perseguida por mí, hace crecer los estados perjudiciales y disminuir los estados beneficiosos’, esta clase de ecuanimidad, la ecuanimidad conectada con lo mundano, debe ser evitada. Además, si alguien conoce esto: ‘Esa ecuanimidad, cuando es perseguida por mí, hace disminuir los estados perjudiciales y crecer los estados beneficiosos’, esta clase de ecuanimidad, debe ser perseguida. Esto se puede hacer con la reflexión y el pensamiento discursivo, o sin la reflexión ni el pensamiento discursivo. De esos dos, aquella forma sin la reflexión ni el pensamiento discursivo es la mejor. Así es cómo declaro, señor de los dioses, que hay dos clases de ecuanimidad: una clase que debe ser perseguida y la otra evitada.
“Es así cómo debe conducirse un bhikkhu, señor de los dioses, para ser dotado del sendero conducente al cese de la tendencia a la proliferación”.
[…]
Entonces Sakka, el señor de los dioses, expresando su apreciación y deleite, hizo otra pregunta: “¿Tienen todos los ascetas y brahmanes, Venerable Señor, la misma doctrina, el mismo código moral, la misma aspiración y la misma meta?”.
“No lo tienen, señor de los dioses”.
“Pero, ¿por qué, Venerable Señor, no lo tienen?”.
“Son muchos, señor de los dioses, los condicionamientos de la mente, muchos son los condicionamientos de la mente que existen en el mundo. Los seres se adhieren a cualquiera de estos condicionamientos y, en consecuencia, se apegan a él tenaz y obstinadamente diciendo: ‘Sólo esto es verdad y todo lo demás es falso’. Por eso, señor de los dioses, no todos los ascetas y brahmanes tienen la misma doctrina, el mismo código moral, la misma aspiración y la misma meta”.
“Pero, Venerable Señor, ¿son todos los ascetas absolutamente perfectos, absolutamente seguros, absolutamente purificados por la vida santa, con los logros superiores absolutamente alcanzados?”.
“No lo son, señor de los dioses”.
“Pero, ¿por qué no lo son, Venerable Señor?”.
“Solamente aquellos ascetas y brahmanes, señor de los dioses, que alcanzaron la liberación a través de la destrucción del ansia son absolutamente perfectos, absolutamente seguros, absolutamente purificados por la vida santa, con los logros superiores absolutamente alcanzados. Por eso, señor de los dioses no todos los ascetas y brahmanes son absolutamente perfectos, absolutamente seguros, absolutamente purificados por la vida santa, con los logros superiores absolutamente alcanzados”.
Fue de esa manera que el Bienaventurado respondió las preguntas hechas por Sakka, el señor de los dioses. Y edificado, Sakka, el señor de los dioses, apreció la declaración del Bienaventurado y se deleitó en ella, diciendo: “Es así, Venerable Señor. Mis dudas han sido conquistadas y mi incertidumbre vencida al escuchar la respuesta del Bienaventurado a esta pregunta”.
[…]
[Sakka, al Buda] :“La alabanza que antes ofrecí al Brahma
Junto con los poderosos dioses,
Hoy te ofrecemos a ti, oh Bienaventurado.
“Realmente eres un Iluminado,
El Maestro más allá de toda comparación:
En el mundo de los devas y los seres humanos
No se encuentra nadie igual a ti”.
“Pero, Venerable Señor, ¿qué hace surgir el deseo? ¿Cuál es su origen? ¿De qué nace? ¿Cómo surge? ¿Estando presente qué cosa, surge el deseo, y, estando ausente qué cosa, el deseo no surge?”.
“Lo que hace surgir el deseo, señor de los dioses, es la [incorrecta] reflexión. La [incorrecta] reflexión es su origen. [El deseo] nace de la [incorrecta] reflexión. La [incorrecta] reflexión lo hace surgir. Estando presente la [incorrecta] reflexión, surge el deseo, y, estando ausente la [incorrecta] reflexión, el deseo no surge”.
“Pero, Venerable Señor, ¿qué hace surgir la [incorrecta] reflexión? ¿Cuál es su origen? ¿De qué nace? ¿Cómo surge? ¿Estando presente qué cosa, surge la [incorrecta] reflexión, y, estando ausente qué cosa, la [incorrecta] reflexión no surge?”.
“Lo que hace surgir la [incorrecta] reflexión, señor de los dioses, es la tendencia a la proliferación. La tendencia a la proliferación es su origen. [La incorrecta reflexión] nace de la tendencia a la proliferación. La tendencia a la proliferación la hace surgir. Estando presente la tendencia a la proliferación, surge la [incorrecta] reflexión, y, estando ausente la tendencia a la proliferación, la [incorrecta] reflexión no surge”.
“Y, ¿cómo, Venerable Señor, se debe conducir un bhikkhu para ser dotado del sendero conducente al cese de la tendencia a la proliferación?”.
“Yo declaro, señor de los dioses, que hay dos clases de alegría. Una clase debe ser perseguida y la otra evitada. Y también declaro que hay dos clases de tristeza. Una clase debe ser perseguida y la otra evitada. Y también declaro de hay dos clases de ecuanimidad. Una clase debe ser perseguida y la otra evitada.
“Y, ¿cómo, señor de los dioses, hay dos clases de alegría, de las cuales una debe ser perseguida y la otra evitada? Si alguien conoce esto: ‘Esa alegría, cuando es perseguida por mí, hace crecer los estados perjudiciales y disminuir los estados beneficiosos’, esta clase de alegría, la alegría conectada con lo mundano, debe ser evitada. Además, si alguien conoce esto: ‘Esa alegría, cuando es perseguida por mí, hace disminuir los estados perjudiciales y crecer los estados beneficiosos’, esta clase de alegría, debe ser perseguida. Esto se puede hacer con la reflexión y el pensamiento discursivo, o sin la reflexión ni el pensamiento discursivo. De esos dos, aquella forma sin la reflexión ni el pensamiento discursivo es la mejor. Así es cómo declaro, señor de los dioses, que hay dos clases de alegría: una clase que debe ser perseguida y la otra evitada.
“Y, ¿cómo, señor de los dioses, hay dos clases de tristeza… dos clases de ecuanimidad, de las cuales una debe ser perseguida y la otra evitada? Si alguien conoce esto: ‘Esa ecuanimidad, cuando es perseguida por mí, hace crecer los estados perjudiciales y disminuir los estados beneficiosos’, esta clase de ecuanimidad, la ecuanimidad conectada con lo mundano, debe ser evitada. Además, si alguien conoce esto: ‘Esa ecuanimidad, cuando es perseguida por mí, hace disminuir los estados perjudiciales y crecer los estados beneficiosos’, esta clase de ecuanimidad, debe ser perseguida. Esto se puede hacer con la reflexión y el pensamiento discursivo, o sin la reflexión ni el pensamiento discursivo. De esos dos, aquella forma sin la reflexión ni el pensamiento discursivo es la mejor. Así es cómo declaro, señor de los dioses, que hay dos clases de ecuanimidad: una clase que debe ser perseguida y la otra evitada.
“Es así cómo debe conducirse un bhikkhu, señor de los dioses, para ser dotado del sendero conducente al cese de la tendencia a la proliferación”.
[…]
Entonces Sakka, el señor de los dioses, expresando su apreciación y deleite, hizo otra pregunta: “¿Tienen todos los ascetas y brahmanes, Venerable Señor, la misma doctrina, el mismo código moral, la misma aspiración y la misma meta?”.
“No lo tienen, señor de los dioses”.
“Pero, ¿por qué, Venerable Señor, no lo tienen?”.
“Son muchos, señor de los dioses, los condicionamientos de la mente, muchos son los condicionamientos de la mente que existen en el mundo. Los seres se adhieren a cualquiera de estos condicionamientos y, en consecuencia, se apegan a él tenaz y obstinadamente diciendo: ‘Sólo esto es verdad y todo lo demás es falso’. Por eso, señor de los dioses, no todos los ascetas y brahmanes tienen la misma doctrina, el mismo código moral, la misma aspiración y la misma meta”.
“Pero, Venerable Señor, ¿son todos los ascetas absolutamente perfectos, absolutamente seguros, absolutamente purificados por la vida santa, con los logros superiores absolutamente alcanzados?”.
“No lo son, señor de los dioses”.
“Pero, ¿por qué no lo son, Venerable Señor?”.
“Solamente aquellos ascetas y brahmanes, señor de los dioses, que alcanzaron la liberación a través de la destrucción del ansia son absolutamente perfectos, absolutamente seguros, absolutamente purificados por la vida santa, con los logros superiores absolutamente alcanzados. Por eso, señor de los dioses no todos los ascetas y brahmanes son absolutamente perfectos, absolutamente seguros, absolutamente purificados por la vida santa, con los logros superiores absolutamente alcanzados”.
Fue de esa manera que el Bienaventurado respondió las preguntas hechas por Sakka, el señor de los dioses. Y edificado, Sakka, el señor de los dioses, apreció la declaración del Bienaventurado y se deleitó en ella, diciendo: “Es así, Venerable Señor. Mis dudas han sido conquistadas y mi incertidumbre vencida al escuchar la respuesta del Bienaventurado a esta pregunta”.
[…]
[Sakka, al Buda] :“La alabanza que antes ofrecí al Brahma
Junto con los poderosos dioses,
Hoy te ofrecemos a ti, oh Bienaventurado.
“Realmente eres un Iluminado,
El Maestro más allá de toda comparación:
En el mundo de los devas y los seres humanos
No se encuentra nadie igual a ti”.