Hola, amigos!
No me canso de decirlo: que maravilla poder tener estas traducciones y comentarios que nos acercas, Javier.
El Dhamma, en general, es algo ajeno para los hispanohablantes; qué decir del Abhidhamma, desconocido incluso para muchos practicantes experimentados. Invaluables joyas las que se encuentran entre sus mensajes.
Gracias, Ananda y Javier, por sus geniales intercambios. Me nutro constantemente de ellos.
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Ananda escribió: ↑19 Ago 2019 09:59
¿Cuál sería para ti ese 'suelo mínimo' no afectado por la subjetividad y cómo lo incorporas a tu práctica?
Lamento mucho la demora en responder.
Me suele ocurrir que, tras plantear un tema al que no he dado muchas vueltas, el mero hecho de plantearlo me hace repensar las premisas que dieron origen a lo planteado; este ha sido uno de esos casos.
Les comparto unos apuntes que he estado anotando durante estos días, respecto a lo que conversábamos anteriormente. Estas notas incluyen respuestas a modo de hipótesis, así que todo lo escrito debería "tomarse con pinzas":
1) Para estudiar la mente, propongo (siguiendo las ideas del Ven. Thanissaro) que desarmemos la experiencia subjetiva en sus constituyente mínimos, tratando en lo posible, de limpiarlos de cualquier adjudicación adicional nacida de la interpretación idiosincrática. En otras palabras, deberíamos intentar ver la experiencia tal como se presenta, tal como Adán hubiese experimentado el mundo tras aparecer en el Jardín del Edén.
2) Lo primero que aparece en nuestra experiencia subjetiva es la sensación y la percepción. Al parecer, toda experiencia subjetiva ya ha pasado por el filtro de la conciencia, es decir, ya ha pasado por el filtro de la comparación, análisis y evaluación respecto a lo que la experiencia previa dicte.
3) La conciencia, por tanto, sería el elemento que permite la existencia de la experiencia subjetiva como tal, pero que solo surge tras existir un "impacto físico" entre estímulo sensorial y órgano sensorial. La función de la conciencia sería tomar los datos sensoriales "crudos" (sin analizar) que se presenten, permitir dar sentido a esos datos, mediante la comparación con los conocimientos e interpretaciones previas que existan en la memoria y el hábito.
4) Por tanto, podríamos hablar de dos etapas separadas por el surgimiento de la conciencia que posibilita la sensación y la percepción:
a) Una fase pre-consciente, en la que los datos crudos no han sido distinguidos en sus partes, cualidades e implicancias afectivas.
b) Una fase consciente, en la que los datos indiferenciados han tomado un sentido tras ser evaluados a la luz de la experiencia previa.
5) Tras el surgimiento de la conciencia (es decir, tras reconocer los elementos que se han presentado en los datos sensoriales "crudos"), se da pie a los fenómenos conjuntos de la sensación y la percepción. Ambos son inseparables, pues el mero hecho de reconocer un fenómeno X como tal (y no como un fenómeno Y o Z, por ejemplo) trae a la conciencia lo que implica, afectivamente hablando, la presencia de dicho fenómeno.
Ejemplo: imaginemos que en el pasado, una persona X nos ha golpeado, lo que ha dejado un fuerte impronta afectiva, sentido como una sensación desagradable. En un próximo instante en que dicha persona se presente, la conciencia permite percibir (reconocer) a la persona como "persona X", junto con lo que implica afectivamente la presencia de dicha persona; en este caso, surge una sensación desagradable nuevamente.
6) Lo mostrado en el ejemplo anterior nos habla del papel de la atención/juicio situacional consciente (
sati-sampajañña) y de la habituación (
kamma) en el proceso de la erradicación y formación de hábitos (reacciones e interpretaciones mentales), respectivamente. Estar atentos al surgimiento de una sensación, verla tal como es (una sensación parte de la cadena de eventos del Originación Dependiente, que no es "yo" ni "mía", que es impermanente y que es insatisfactoria) nos permite
no reaccionar de forma "negligente" (a través del anhelo, aversión o ignorancia de lo sentido) ni aferrarnos a ella. Por otra parte, reaccionar de forma "negligente" forma el hábito (
kamma) que perpetúa las condiciones que dan surgimiento a
dukkha.
7) Al menos bajo la perspectiva de los EBTs (textos buddhistas tempranos), un arahant no ha eliminado todos los puntos de vista ni todas las tendencias preexistentes. El Noble Óctuple Sendero, desarrollado en su totalidad, eliminaría:
a) El
apego a puntos de vista.
b) La ignorancia y los puntos de vista distorsionados, es decir, ver los fenómenos condicionados como "yo"/"mío", absolutamente satisfactorios y permanentes.
c) Las tendencias nacidas de la ignorancia, es decir, el anhelo, la aversión y el resurgimiento ignorante.
8) La conciencia sigue existiendo en un arahant, aunque ya no está atada ni contaminada por la ignorancia ni las tendencias ignorantes. Al seguir existiendo la conciencia, y al seguir existiendo otras tendencias y puntos de vista no-ignorantes, el arahant seguirá exhibiendo puntos de vista idiosincráticos. Un arahant no es un ser omnipotente y omnisciente, pues sigue constreñido por los límites de condiciones previas y el cuerpo humano. Sobre eso,
Iti 44 nos dice:
“Monjes, he aquí estos dos elementos del
Nibbāna. Y, ¿cuáles son esos dos? El elemento del
Nibbāna con el residuo restante y el elemento del
Nibbāna sin el residuo restante.
“Y, ¿qué es, monjes, el elemento del
Nibbāna con el residuo restante? He aquí el caso de un arahant, cuyas contaminaciones han sido destruidas, que vivió la vida espiritual, hizo lo que se tenía que hacer, echó la carga, alcanzó la meta y cortó los grilletes de la existencia, alguien liberado a través de un conocimiento perfecto. En él permanecen aún sus cinco facultades sensoriales, y porque todavía están intactas, experimenta sensaciones placenteras y desagradables, y es sensible al placer y al dolor. Pero puso el fin al ansia, al odio y la falsa ilusión; esto es lo que se llama el elemento del
Nibbāna con el residuo restante.
“Y, ¿qué es, monjes, el elemento del
Nibbāna sin el residuo restante? He aquí el caso de un arahant, cuyas contaminaciones han sido destruidas, que vivió la vida espiritual, hizo lo que se tenía que hacer, echó la carga, alcanzó la meta y cortó los grilletes de la existencia, alguien liberado a través de un conocimiento perfecto. Pero para él, todo lo que es sensorial, no siendo percibido, llega a enfriarse aquí y ahora. Esto es lo que se llama el elemento del
Nibbāna sin residuo restante”.
9) Probablemente, la conciencia de un arahant seguirá percibiendo y sintiendo los elementos no influenciados por la ignorancia tal como lo ha acostumbrado a hacer. Un arahant podría, por tanto, aprender cosas nuevas y modificar puntos de vista ante la presentación de información nueva.
10) Existen elementos en la percepción que están causados y condicionados, principalmente, por la genética, anatomía, fisiología y neurología de los individuos. A estos elementos básicos de la percepción se les conoce como
qualia. Los
qualia son las cualidades generales y repetitivas percibibles en la experiencia subjetiva; por ejemplo, la "negrura", la "suavidad", la "dureza", la "dulzura", etc. A partir de estas cualidades generales vamos construyendo, mediante el aprendizaje y la experiencia, ideas sobre
entes y
clase de entes, los cuales presentan, por definición, algunas de estas cualidades básicas generales.
Por ejemplo: podemos decir que el pigmento (clase)
melanina (ente específico) es un pigmento de color negro (
qualia).
11) Nuestras definiciones sobre lo que define (valga la redundancia) a un fenómeno podrá cambiar con el tiempo, pero los
qualia se mantienen constante, salvo que algún evento altere nuestra fisiología.
Por ejemplo, es poco probable que dejemos de ver
verdes a las hojas de los árboles. Quizás podemos entrenar nuestra percepción para aprender a prestar atención a distintos matices y tonalidades de
verdes, pero ese entrenamiento no hará que lo
verde empecemos a verlo como
rojo. Por lo tanto, postulo que el elemento básico, el "piso mínimo" de la percepción son los
qualia.
12) A través de nuestra vida, aprendemos a agrupar dichos
qualia para formar ideas e interpretaciones sobre
entes y sobre lo que define a
clases de entes. Además, a dichos
entes asociamos (de forma inconsciente, la mayor parte del tiempo) un tono afectivo (una sensación,
vedanā, ya sea agradable, desagradable o neutral) a dichas percepciones de entes, e incluso, a los
qualia mismos.
Por ejemplo: al ver cosas de color
rojo (percepción,
sañña), podemos sentir automáticamente una sensación agradable.
Otro ejemplo: al ver un cadáver (percepción) en descomposición, podemos sentir automáticamente nauseas (
saṅkhāra que producesensación desagradable), incluso aunque no hayamos olido dicho cadáver; la mera impresión visual de un cadáver puede venir asociada a ideas desagradables (como la idea de la
muerte y la finitud de la vida).
13) El aprendizaje, la experiencia y la influencia cultural nos ayudan a reorganizar y modificar las interpretaciones sobre dichos entes. La influencia cultural general nos suele enseñar a temer (
saṅkhāra que produce una sensación desagradable) a la muerte (percepción). Sin embargo, el entrenamiento en el Dhamma nos guía para dejar de temer a la muerte; nos ayuda a percibir la muerte y sus implicancias de forma distinta, lo que a su vez altera el modo en que sentimos (
vedanā) la idea de la muerte. Un arahant y una persona cualquiera podrían estar viendo el mismo estímulo físico (un cadáver, para usar el mismo ejemplo anterior), y estar percibiendo los mismos
qualia, y sin embargo los dos interpretan el estímulo (el cadáver) de forma radicalmente distinta.
14)
* Este es uno de los puntos en los que menos certeza y claridad tengo:
En el siguiente sutta, se indica que los nobles aún tienen preferencias, gustos y disgustos (una preferencia no es lo mismo que una tendencia, pues en la primera se desea una cosa por sobre otra). A pesar de que en el discurso se habla de los "nobles", probablemente se refiere a los que aún están entrenando (
sekha, ya sea
sotāpanna,
sakadāgāmi o
anāgāmī) en el Sendero, y no a los que ya entrenaron en él (
asekha, los
arahants), pues los arahants
no tendrían preferencias.
Ante el surgimiento de dichas preferencias, el Buddha
propone un entrenamiento para enfrentarnos a ellas:
Y ¿cómo se conoce el comportamiento del noble con facultades desarrolladas? Se da el caso en el que viendo la forma con el ojo, en el monje surge la sensación agradable, desagradable o agradable y desagradable al mismo tiempo. Si se propone ‘voy a morar percibiendo lo no repulsivo en lo repulsivo’, permanece percibiendo lo no repulsivo en lo repulsivo. Si se propone ‘voy a morar percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo’, permanece percibiendo lo repulsivo en lo no repulsivo. Si se propone ‘voy a morar percibiendo lo no repulsivo tanto en lo repulsivo como en lo no repulsivo’, permanece percibiendo lo no repulsivo en aquello. Si se propone ‘voy a morar percibiendo lo repulsivo tanto en lo no repulsivo como en lo repulsivo’, permanece percibiendo lo repulsivo en aquello. Si se propone ‘voy a evitar a ambos, tanto lo repulsivo como lo no repulsivo, permanece ecuánime, alerta y atentamente consciente.
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En conclusión:
a) El "piso mínimo" de la experiencia serían lo
qualia, los elementos básicos de la sensorialidad, la percepción, y la subjetividad, tal cual se presentan ante nosotros. Estos
qualia son las cualidades generales repetidas de la experiencia, que se repiten entre distintos entes y fenómenos particulares.
b) El entrenamiento en el Dhamma nos ayuda a purificar nuestra experiencia sensorial de las interpretaciones nacidas de la ignorancia. Sin embargo, incluso para quienes hayan completado el Sendero, los
qualia seguirían presentándose tal cual siempre lo han hecho; lo que cambia es la forma en que agrupamos e interpretamos dichos qualia.
c) Al avanzar por el Sendero, lo que se percibía como completamente satisfactorio, como permanente y como "yo"/"mío" se deja de hacerlo. Para los Nobles que aún están en entrenamiento, las interpretaciones y concepciones ignorantes que antes producían sensaciones agradables, ahora dejan de sentirse como agradables,
lo que conduce a la dispasión:
Esto he escuchado. En una ocasión, el Bienaventurado estaba en Gaya, en la Cabeza de Gaya, junto a un grupo de mil monjes. Estando ahí, se dirigió a ellos con estas palabras:
“Monjes, todo está ardiendo. ¿Y qué es este ‘todo' que está ardiendo?
“El ojo está ardiendo, las formas están ardiendo, la conciencia del ojo está ardiendo, el contacto del ojo está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa, o la que no es ni placentera ni penosa dependiente del ojo como su condición indispensable, está ardiendo. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la codicia, con el fuego de la animadversión, con el fuego de la falsa ilusión; ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte, con las penas, lamentaciones y dolores, con angustia y desesperación, declaro yo.
“El oído está ardiendo… La nariz está ardiendo… La lengua está ardiendo… El cuerpo está ardiendo… La mente está ardiendo, las ideas están ardiendo, la conciencia de la mente está ardiendo, el contacto de la mente está ardiendo, también toda la sensación placentera o penosa, o la que no es ni placentera ni penosa dependiente de la mente como su condición indispensable, está ardiendo. ¿Ardiendo con qué? Ardiendo con el fuego de la codicia, con el fuego de la animadversión, con el fuego de la falsa ilusión; está ardiendo con el nacimiento, la vejez y la muerte, con las penas, lamentaciones y dolores, con angustia y desesperación, declaro yo.
“Monjes, viendo esto, el bien instruido noble discípulo experimenta repugnancia hacia el ojo, hacia las formas, hacia la conciencia del ojo, hacia el contacto del ojo y hacia toda la sensación placentera o penosa, o la que no es ni placentera ni penosa dependiente del ojo como su condición indispensable. Experimenta repugnancia hacia el oído… Experimenta repugnancia hacia la nariz… Experimenta repugnancia hacia la lengua… Experimenta repugnancia hacia el cuerpo… Experimenta repugnancia hacia la mente, hacia las ideas, hacia la conciencia de la mente, hacia el contacto de la mente y hacia toda la sensación placentera o penosa, o la que no es ni placentera ni penosa dependiente de la mente como su condición indispensable.
“Y experimentando la repugnancia, se vuelve desapasionado. Mediante el desapasionamiento, [su mente] es liberada. Cuando es liberado, aparece en él este conocimiento: ‘Ésta es la liberación’. Entonces entiende que ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido realizada, la tarea ha culminado. No queda más nada por delante’”.
Esto dijo el Bienaventurado y aquellos monjes fueron elevados y se deleitaron en las palabras del Bienaventurado.
Y durante este discurso, las mentes de estos mil monjes fueron plenamente liberadas de las contaminaciones a través del no-apego.
d) Tras el
Nibbāna, seguirán existiendo aquellas inclinaciones, tendencias, hábitos, interpretaciones que antes estaban allí, siempre que no nazcan de la ignorancia (
avijja) del
Dhamma, ni del anhelo y la aversión. Un caso icónico es el del arahant
Pilinda, quien, a pesar de haber alcanzado la Meta,
seguía exhibiendo conductas habituales que antes estaban allí:
Y el bhagavant reflexionando sobre la vida anterior del venerable Pilinda-Vachcha les dijo a los bhikkhus : «No os irritéis, oh bhikkhus , con el bhikkhu Vachcha. Oh bhikkhus , Vachcha no se dirige a los bhikkhus de modo altanero con mala intención. El bhikkhu Vachcha ha tenido, oh bhikkhus , quinientas reencarnaciones ininterrumpidas en la casta de los brahmanes;
Por largo tiempo pues, él ha practicado esta manera altanera de hablar; por tal razón Vachcha, oh bhikkhus , se dirige a los bhikkhus de modo altanero”.
El bhagavant , comprendiendo el sentido, dijo en aquella ocasión este udana [2] :
Aquel en quien no existen ni hipocresía ni orgullo,
que ha superado la codicia,
que está libre de egoísmos y de deseos,
que ha expulsado de sí la cólera,
completamente serenado,
aquel es un brahmán,
aquel es un samán,
aquel es un bhikkhu.
e) Finalmente, el entrenamiento en el Sendero debe enfocarse para reducir en el mayor grado posible aquellas interpretaciones idiosincráticas ignorantes, que asumen cosas, entes y cualidades donde no las hay. Llamamos
proliferación (
papañca) al proceso de ver entes y convenciones donde no hay entes. La proliferación ignorante ha cesado en los
arahants.
Por tanto, también ha cesado el contacto con aquellas entidades ilusorias que antes se veían allí en la experiencia.
Entender y ver la experiencia subjetiva por lo que es, y reconocer aquello agregado por la mente de aquello inherente a lo condicionado nos ayudará en nuestro camino a la Meta.
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Les comparto, además, estos dos enlaces a la pregunta: ¿Puede un arahant experimentar sensaciones no-neutras?
Buddhism.SE
D&D - SuttaCentral
EDIT: he modificado una parte respecto a la continuación de las preferencias respecto a los arahants, en el punto número 14.
Sé que suelo repetir esto, pero lamento la extensión del texto.
Prefiero que queden todas las ideas reunidas en un único post. Si prefieren que sea dividido en más partes, no duden en decirlo, para modificar este texto y dividir los que vengan.
Un abrazo fraterno, estimados amigos!