Consumo consciente
Publicado: 13 Sep 2020 05:39
El consumo consciente implica consumir cosas que aporten a nuestro cuerpo y nuestra mente paz y felicidad, en lugar de nerviosismo y malestar. Cuando observamos con detenimiento, sabemos cómo alimentar el cuerpo y la mente con alimentos saludables y evitar ingerir los dañinos. En el budismo, hablamos de los cuatro tipos de alimento que el cuerpo y la mente pueden asimilar: alimentos comestibles, impresiones sensoriales, volición y conciencia.
Los alimentos comestibles son los que se toman por la boca.
¡Realmente somos lo que comemos! En Asia, la gente dice: «La enfermedad entra a través de la boca». Los franceses dicen: «Cavamos nuestras tumbas con los dientes». Es de sobra conocido que un amplio porcentaje de las enfermedades (ataques al corazón, diabetes y otras) están relacionadas de forma directa con nuestra forma de comer. Al comer y beber conscientemente, no introducimos alimentos malsanos en nuestro cuerpo solo a causa de su sabor, porque sabemos que el placer momentáneo conducirá a un mayor sufrimiento más tarde. Podemos recitar una o varias de estas cinco contemplaciones antes de comer:
1) Este alimento es el don de todo el universo:
la tierra, el cielo,numerosos seres vivos, y mucho trabajo duro y hecho con amor.
2)Comamos con gratitud y plena consciencia para ser dignos de recibirlo.
3)Reconozcamos y transformemos las formaciones mentales perniciosas, especialmente nuestra avidez (y aprendamos a comer con moderación).
4)Mantengamos viva nuestra compasión comiendo de forma que se reduzca el sufrimiento
de los seres vivos, preservar nuestro planeta e invertir el proceso del calentamiento global.
5)Aceptamos este alimento para nutrir nuestra hermandad, construir nuestra comunidad, y alimentar nuestro ideal de servir a todos los seres vivos.
Al menos una vez a la semana, deberíamos recordarnos nuestro deseo de comer conscientemente recitando estas cinco contemplaciones en la comida con la familia.
Las impresiones sensoriales son el alimento que tomamos con nuestros ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente. Algunos tipos de música, artículos de prensa, películas, páginas web, juegos electrónicos e incluso conversaciones pueden contener toxinas como la ansiedad, la violencia, el odio, la inseguridad, el miedo y otras. Consumir ese tipo de venenos daña nuestra mente y también nuestro cuerpo.
La volición es nuestra motivación profunda, nuestros más íntimos deseos; es la energía que nos impulsa noche y día para hacer lo que queremos hacer. La meditación incluye observar con detenimiento la naturaleza de esos anhelos más profundos. Si un sueño procede de una idea hermosa, como acabar con la pobreza, el odio y la división entre individuos, grupos y naciones o promover la libertad, la democracia, los derechos humanos y la justicia social, se trata de una voluntad saludable que puede aportarnos felicidad, no solo a nosotros, sino también al mundo entero. El deseo de practicar para transformar las aflicciones que viven en nosotros, como la violencia, el odio y la desesperación, y generar más amor, comprensión y reconciliación es un buen deseo. Cuando somos capaces de realizar tales aspiraciones en nuestra propia vida, podemos ayudar a los demás a hacer lo mismo. Es una forma saludable de voluntad.
Si, por el contrario, nos vemos empujados por la urgencia de castigar o vengarnos de quienes nos hieren o de destruir a aquellos que consideramos nuestros enemigos, he ahí una voluntad nociva. Si nuestra motivación consiste en obtener una gran cantidad de dinero, poder, fama y sexo, ese tipo de voluntad también aportará sufrimiento. Nuestra felicidad depende en gran medida de qué tipo de voluntad elegimos y representamos. Correr tras los objetos del anhelo puede causar un gran daño a nuestro cuerpo y nuestra mente.
La conciencia, la cuarta categoría de alimentos, se refiere aquí a la conciencia colectiva en que vivimos y que por lo tanto consumimos a través de una especie de ósmosis. Nuestros conceptos de felicidad y de belleza y nuestras opiniones en materia de ética, moralidad y costumbres son en gran medida producto de la conciencia colectiva que nos rodea. Puede que hayamos cultivado el buen gusto y unos ideales bellos en nosotros mismos y nuestra familia, pero quizá los perdamos si vivimos en un lugar donde todo el mundo tiene gustos y costumbres diferentes a los nuestros. Al principio nos sentimos incómodos, pero al cabo de un tiempo nos acostumbramos a las ideas de la mayoría y al final seguimos a la multitud sin percatarnos de ello.
La madre viuda del futuro filósofo Mencio despertó a esta realidad un día en que vio cómo su hijo pretendía cometer actos violentos con sus amigos, en plena calle, e hizo un esfuerzo para mudarse a un entorno más saludable para su vástago. Al vivir entre personas con mentes saludables, podemos alimentar y proteger las mejores virtudes de nuestras mentes, y con una poderosa conciencia colectiva como ésa podemos contribuir a transformar nuestra sociedad.
El Sutra de los cuatro alimentos (a veces llamado Sutra de la carne del hijo) es excelente y muy necesario en nuestra sociedad actual. Nos muestra el modo de salir de la enfermedad y el sufrimiento de nuestro mundo, determinados en gran medida por el consumo excesivo de elementos tóxicos como la violencia, el odio y la desesperación.
Fuente: La paz está en tu interior - Thich Nhat Hanh.
Sé que la enseñanzas de Ticht Nhat Hanh no son enseñanzas propias del Buda pero son propuestas sensatas, empáticas, amables, compasivas, bondadosas, y ecuánimes. Son dignas de ser practicadas.
PD: hago la aclaración porque el foro es de la escuela Theravada y el monje vietnamita no pertenece a esta escuela.
Busque el origen del Sutta de Las comidas que cite pero no lo logré. Creo que proviene de una escuela Zen.
Los alimentos comestibles son los que se toman por la boca.
¡Realmente somos lo que comemos! En Asia, la gente dice: «La enfermedad entra a través de la boca». Los franceses dicen: «Cavamos nuestras tumbas con los dientes». Es de sobra conocido que un amplio porcentaje de las enfermedades (ataques al corazón, diabetes y otras) están relacionadas de forma directa con nuestra forma de comer. Al comer y beber conscientemente, no introducimos alimentos malsanos en nuestro cuerpo solo a causa de su sabor, porque sabemos que el placer momentáneo conducirá a un mayor sufrimiento más tarde. Podemos recitar una o varias de estas cinco contemplaciones antes de comer:
1) Este alimento es el don de todo el universo:
la tierra, el cielo,numerosos seres vivos, y mucho trabajo duro y hecho con amor.
2)Comamos con gratitud y plena consciencia para ser dignos de recibirlo.
3)Reconozcamos y transformemos las formaciones mentales perniciosas, especialmente nuestra avidez (y aprendamos a comer con moderación).
4)Mantengamos viva nuestra compasión comiendo de forma que se reduzca el sufrimiento
de los seres vivos, preservar nuestro planeta e invertir el proceso del calentamiento global.
5)Aceptamos este alimento para nutrir nuestra hermandad, construir nuestra comunidad, y alimentar nuestro ideal de servir a todos los seres vivos.
Al menos una vez a la semana, deberíamos recordarnos nuestro deseo de comer conscientemente recitando estas cinco contemplaciones en la comida con la familia.
Las impresiones sensoriales son el alimento que tomamos con nuestros ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente. Algunos tipos de música, artículos de prensa, películas, páginas web, juegos electrónicos e incluso conversaciones pueden contener toxinas como la ansiedad, la violencia, el odio, la inseguridad, el miedo y otras. Consumir ese tipo de venenos daña nuestra mente y también nuestro cuerpo.
La volición es nuestra motivación profunda, nuestros más íntimos deseos; es la energía que nos impulsa noche y día para hacer lo que queremos hacer. La meditación incluye observar con detenimiento la naturaleza de esos anhelos más profundos. Si un sueño procede de una idea hermosa, como acabar con la pobreza, el odio y la división entre individuos, grupos y naciones o promover la libertad, la democracia, los derechos humanos y la justicia social, se trata de una voluntad saludable que puede aportarnos felicidad, no solo a nosotros, sino también al mundo entero. El deseo de practicar para transformar las aflicciones que viven en nosotros, como la violencia, el odio y la desesperación, y generar más amor, comprensión y reconciliación es un buen deseo. Cuando somos capaces de realizar tales aspiraciones en nuestra propia vida, podemos ayudar a los demás a hacer lo mismo. Es una forma saludable de voluntad.
Si, por el contrario, nos vemos empujados por la urgencia de castigar o vengarnos de quienes nos hieren o de destruir a aquellos que consideramos nuestros enemigos, he ahí una voluntad nociva. Si nuestra motivación consiste en obtener una gran cantidad de dinero, poder, fama y sexo, ese tipo de voluntad también aportará sufrimiento. Nuestra felicidad depende en gran medida de qué tipo de voluntad elegimos y representamos. Correr tras los objetos del anhelo puede causar un gran daño a nuestro cuerpo y nuestra mente.
La conciencia, la cuarta categoría de alimentos, se refiere aquí a la conciencia colectiva en que vivimos y que por lo tanto consumimos a través de una especie de ósmosis. Nuestros conceptos de felicidad y de belleza y nuestras opiniones en materia de ética, moralidad y costumbres son en gran medida producto de la conciencia colectiva que nos rodea. Puede que hayamos cultivado el buen gusto y unos ideales bellos en nosotros mismos y nuestra familia, pero quizá los perdamos si vivimos en un lugar donde todo el mundo tiene gustos y costumbres diferentes a los nuestros. Al principio nos sentimos incómodos, pero al cabo de un tiempo nos acostumbramos a las ideas de la mayoría y al final seguimos a la multitud sin percatarnos de ello.
La madre viuda del futuro filósofo Mencio despertó a esta realidad un día en que vio cómo su hijo pretendía cometer actos violentos con sus amigos, en plena calle, e hizo un esfuerzo para mudarse a un entorno más saludable para su vástago. Al vivir entre personas con mentes saludables, podemos alimentar y proteger las mejores virtudes de nuestras mentes, y con una poderosa conciencia colectiva como ésa podemos contribuir a transformar nuestra sociedad.
El Sutra de los cuatro alimentos (a veces llamado Sutra de la carne del hijo) es excelente y muy necesario en nuestra sociedad actual. Nos muestra el modo de salir de la enfermedad y el sufrimiento de nuestro mundo, determinados en gran medida por el consumo excesivo de elementos tóxicos como la violencia, el odio y la desesperación.
Fuente: La paz está en tu interior - Thich Nhat Hanh.
Busho Kapila - Sutta de las comidas
Buda nació en Kapila.
Tuvo el satori en Nagada.
Enseñó en Harana.
Entró en el nirvana en Kuchira.
Los cuencos del Tathagatha (el Perfecto), ahora los abrimos.
Que podamos, junto a todos los seres,
alcanzar el nirvana y despojarnos de las tres manchas.
La pureza universal del Buda Vairocana.
La forma universal del Buda Vairocana.
Todos los fenómenos son Buda.
El Buda Maitreya que nacerá en el futuro.
Todos los Budas pasados, presentes y futuros en las diez direcciones.
El dharma y la comunidad de los monjes.
El Gran Bodhisattva de la Sabiduría, Manyusri.
El Gran y Perfecto Bodhisattva Samantabhadra.
Avalokitesvara, el Bodhisattva del amor universal.
Todos los Bodhisattva y los Patriarcas.
El Sutra de la Sabiduría que va más allá.
Mi reconocimiento va a todos los seres
que contribuyeron a darme este alimento.
Recibo este don de alimento considerando mis imperfecciones.
Detener la cólera y los deseos es la verdadera religión.
Este alimento debe tomarse como un medicamento para la salud del cuerpo.
Tomo este alimento para perfeccionarme en la Vía.
A ustedes, todos los muertos y todas las existencias animales (pretas)
Ahora les ofrezco este alimento
Que se expanda en todo el universo
Espero comer con ustedes
Para el Buda, para el Dharma y para la Sangha
Para la sociedad y la humanidad entera
Para los inocentes y aquellos que no pueden ayudarse a sí mismos
Para todas las existencias del universo,
que este alimento se ofrezca y se coma
La primera cucharada es para cortar el mal
La segunda es para practicar el bien
La tercera para ayudar a todos los seres
Juntos seguiremos la Vía de Buda
Lavo este cuenco con agua
Sabe a néctar celeste
Se la ofrezco a todos los muertos
Que les sirva de alimento
Que les quite la sed como el rocío de la mañana
Tuvo el satori en Nagada.
Enseñó en Harana.
Entró en el nirvana en Kuchira.
Los cuencos del Tathagatha (el Perfecto), ahora los abrimos.
Que podamos, junto a todos los seres,
alcanzar el nirvana y despojarnos de las tres manchas.
La pureza universal del Buda Vairocana.
La forma universal del Buda Vairocana.
Todos los fenómenos son Buda.
El Buda Maitreya que nacerá en el futuro.
Todos los Budas pasados, presentes y futuros en las diez direcciones.
El dharma y la comunidad de los monjes.
El Gran Bodhisattva de la Sabiduría, Manyusri.
El Gran y Perfecto Bodhisattva Samantabhadra.
Avalokitesvara, el Bodhisattva del amor universal.
Todos los Bodhisattva y los Patriarcas.
El Sutra de la Sabiduría que va más allá.
Mi reconocimiento va a todos los seres
que contribuyeron a darme este alimento.
Recibo este don de alimento considerando mis imperfecciones.
Detener la cólera y los deseos es la verdadera religión.
Este alimento debe tomarse como un medicamento para la salud del cuerpo.
Tomo este alimento para perfeccionarme en la Vía.
A ustedes, todos los muertos y todas las existencias animales (pretas)
Ahora les ofrezco este alimento
Que se expanda en todo el universo
Espero comer con ustedes
Para el Buda, para el Dharma y para la Sangha
Para la sociedad y la humanidad entera
Para los inocentes y aquellos que no pueden ayudarse a sí mismos
Para todas las existencias del universo,
que este alimento se ofrezca y se coma
La primera cucharada es para cortar el mal
La segunda es para practicar el bien
La tercera para ayudar a todos los seres
Juntos seguiremos la Vía de Buda
Lavo este cuenco con agua
Sabe a néctar celeste
Se la ofrezco a todos los muertos
Que les sirva de alimento
Que les quite la sed como el rocío de la mañana
Sé que la enseñanzas de Ticht Nhat Hanh no son enseñanzas propias del Buda pero son propuestas sensatas, empáticas, amables, compasivas, bondadosas, y ecuánimes. Son dignas de ser practicadas.
PD: hago la aclaración porque el foro es de la escuela Theravada y el monje vietnamita no pertenece a esta escuela.
Busque el origen del Sutta de Las comidas que cite pero no lo logré. Creo que proviene de una escuela Zen.