Brahmán, cuando el Noble Discípulo vigila las puertas de sus facultades, el Tathagata continúa su educación: 'Ven, bhikkhu, sé moderado en el comer. Reflexionando apropiadamente, haz uso de la comida no para divertirte, ni por gula, ni para ser bello o atractivo sino sólo para conservar y mantener este cuerpo, para acabar con las molestias y favorecer la vida de santidad, pensando: «Así terminaré con las sensaciones anteriores sin generar otras nuevas y subsistiré sin tacha y tranquilamente»'.
Gracias y metta
