SN 35,95 Malukyaputta Sutta
Malukyaputta, en consideración a las cosas que ves, oyes, sientes y conoces: en lo visto, habrá sólo lo visto, en lo oído, sólo lo oído, en lo sentido, sólo lo sentido, y en lo conocido, sólo habrá lo conocido, entonces, Malukyaputta, no habrá más ‘tú’ con relación a todo eso. Cuando no haya más ‘tú’, Malukyaputta, no habrá ‘tú’ allí. Y cuando no haya ‘tú’ allí, entonces, Malukyaputta, no lo habrá aquí ni más allá ni en medio de ambos. Esto, por sí mismo, es el fin de la insatisfacción.
SN 22,59 Anattalakkhana Sutta
Por lo tanto Monjes, ninguna forma pasado, futura o presente, interna o externa, grosera o sutil, inferior o superior, remota o próxima es mía, ni yo soy ella, ni ella es mi yo. Así debe ser considerada, con sabiduría, como realmente es.
Ninguna sensación pasada, futura o presente, interna o externa, grosera o sutil, inferior o superior, remota o próxima es mía, ni yo soy ella, ni ella es mi yo. Así debe ser considerada, con sabiduría, como realmente es.
Ninguna percepción pasada, futura o presente, interna o externa, grosera o sutil, inferior o superior, remota o próxima es mía, ni yo soy ella, ni ella es mi yo. Así debe ser considerada, con sabiduría, como realmente es.
Ninguna formación mental pasada, futura o presente, interna o externa, grosera o sutil, inferior o superior, remota o próxima es mía, ni yo soy ella, ni ella es mi yo. Así debe ser considerada, con sabiduría, como realmente es.
Ninguna consciencia pasada, futura o presente, interna o externa, grosera o sutil, inferior o superior, remota o próxima es mía ni yo soy ella ni ella es mi yo. Así debe ser considerada, con sabiduría como realmente es.
Percibiendo esto, monjes, el discípulo sabio y noble pierde el encanto por la forma, la sensación, la percepción, las formaciones mentales y la consciencia. Y a causa de este desencanto, abandona la pasión, y debido a la ausencia de pasión, se libera, y una vez liberado, es consciente de esa liberación, sabe que el renacimiento está agotado, que la vida santa ha sido vivida, que no hay nada más que realizar.
Así habló el Bienaventurado. Complacidos, aquellos bhikkhus se regocijaron en lo que el Bienaventurado había dicho. Durante el transcurso de esta exposición, sin apego, el grupo de cinco monjes se liberó de las impurezas.
Entonces hubo seis Arahants en el mundo.