Primero que nada, me alegro que haya sido para bien el primer encuentro de Lobo.
LoboGris escribió: ↑17 Sep 2021 13:49
... pero todo parece indicar que todo viene de mi infancia, del abandono maternal que sufrí. El porqué no puedo meditar, leer etc etc… es, según la psicóloga, y cito textualmente: “tu falta de concentración total es un síntoma muy común en trastornos de ansiedad que solucionaremos poco a poco”....
Siempre me intrigó sobre los psicólogos, el porqué limitar las catexis sociales a las catexis filiales, por eso con un amigo que se recibió de psicólogo leímos a Deleuze y Guattari (justo me gusta la Filosofía, y Deleuze es filósofo; Guattari era psiquiatra si mal no recuerdo y por eso le servía a mi amigo), y tratan sobre esta inclinación de los psicólogos de guiar las preguntas hacia lo filial para hacer coincidir algo que en realidad tiene su latencia en lo social, pero, lo tratan de molarizar en lo filial.
"Parece como si Freud quisiese que se le perdonase su profundo descubrimiento de la sexualidad diciéndonos: ¡al menos ello no saldrá de la familia! El sucio secretito en lugar del gran horizonte entrevisto. El doblamiento familiarista en lugar de la deriva del deseo. En lugar de los grandes flujos descodificados, los pequeños arroyos recodificados en el lecho de mamá. La interioridad en lugar de una nueva relación con el exterior. A través del psicoanálisis es siempre el discurso de la mala conciencia y de la culpabilidad el que se eleva y halla su alimento (lo que se denomina curar). Y, al menos en dos puntos, Freud absuelve a la familia real exterior de toda culpa, para mejor interiorizar, culpa y familia, en el miembro menor, el hijo. Esos puntos son: el modo como plantea una represión autónoma, independiente de la represión general; el modo como renuncia al tema de la seducción del niño por el adulto, para introducir el fantasma individual que convierte a los padres reales en seres inocentes o incluso en víctimas."
https://encyclopaedia.herdereditorial.c ... y_el_deseo
En la relación entre padres e hijos, parecería que la determinación del sentido de esa relación proviniera de los padres. Sin embargo, para el psicoanálisis, lo determinante es el hijo. Aunque esto lleva en sí la paradoja de que siempre se es hijo con respecto a un padre y a una madre; los cuales, si están enfermos, es de su propia infancia. Es decir, de su condición de hijos. El hijo quiere eliminar al padre y ocupar su puesto en la cama matrimonial. A partir de ese axioma inicial, el psicoanálisis ha quedado prisionero de un familiarismo impenitente, en la que el deseo se genera en una instancia parental denominada por Freud complejo de Edipo.
Cuando el hijo llega al mundo, se encuentra con un campo social que define sus estados y sus deseos como sujeto. Ese campo está constituido, entre otras cosas, por las prácticas, lo discursos, la economía, en fin, por las formas de vida y las fantasías de los adultos. Además si esto es así, el padre mismo forma parte de una sociedad que lo condiciona. No habría, pues, como pretende el psicoanálisis, una primacía de las relaciones parentales en la conformación de los sujetos. Estas relaciones se inscriben en una sociedad que las determinan.
Habría que ver entonces esa producción social del deseo que nos atraviesa a todos, y así somos como cuerpos vivos los cortes de flujo de esas conexiones culturales; y algo muy hermoso para compartir -a diferencia del link anterior- es el trabajo de Esther Díaz:
https://www.estherdiaz.com.ar/textos/deleuze.htm que sobre dicha Producción Deseante aprendí de algunos de sus autores favoritos, y, me ayudaron mucho en mis momentos de mayor ansiedad e impotencias-suicidas, porque eran narraciones potentes por donde hacer pasar las intelecciones cotidianas, algo así como lo que hacen algunas religiones y no otras, pero en definitiva siempre se trata del cuerpo viajando por recorridos que, mientras más nómadas sean (alguna que otra lectura o ejercicio) menos impotentes los denoto.
Les deseo buen finde