Sí como dice Jiddu Krishnamurti para detener las guerras haría falta una revolución en cada individuo. Pero yo al menos no veo forma en que tal cosa vaya a suceder. Ni siquiera el Buda pudo impedir la destrucción de su patria chica.

Creer que una tierra es santa es garantía de violencia.Es hora de que la violencia, en todas sus formas, termine en Tierra Santa
Exacto, es una visión incorrecta. Y ya sabemos lo que viene después.
Yo tambien creo que es un poco desafortunada esta expresión, pero supongo que es una forma de acercamiento a las personas que siguen las 3 religiones (y culturas) abrahámicas: si para estas religiones es tierra santa que sentido tiene destruirla.
Particularmente creo que las ideas de nación y religión, que sirvieron en un determinado momento histórico a las sociedades para evolucionar, son cada día más una pesada carga que nos condena a enfrentamientos continuos y en ultima instancia a la autodestrucción.Ananda escribió: ↑21 Oct 2023 21:20 El no apego que enseñó el Buda es el mejor antídoto contra la violencia, ya tenga su raíz en el apego a un terruño (nacionalismo exacerbado) ya a creencias delirantes (fanatismo religioso). No se olvide que ciertos personajes como Moisés/Josué o Mahoma, modelos a 'imitar' por millones de personas, resolvieron manu militari las diferencias con sus vecinos. De aquellos polvos, estos lodos![]()
![]()
Comparto tu reflexión y soy pesimista respecto a la capacidad de nuestra especie para liberarse de tales cargas. En cualquier caso la Naturaleza proseguirá su curso, indiferente al futuro de los seres humanos.Junonagar escribió: ↑21 Oct 2023 23:04 Particularmente creo que las ideas de nación y religión, que sirvieron en un determinado momento histórico a las sociedades para evolucionar, son cada día más una pesada carga que nos condena a enfrentamientos continuos y en ultima instancia a la autodestrucción.
Carlos escribió: ↑12 Oct 2023 14:09 Las guerras, todas las guerras, son una tragedia a lamentar.
Pero no creo que en nuestra práctica budista el desapego hacia el mundo sea sinónimo de un lamentarse por el mundo, de su marcha, por cada noticia funesta, ni tampoco rasgarse las vestiduras por el ser humano y su condición.
La universalidad del sufrimiento, nos habla precisamente de que todo en nuestras vidas contiene la semilla de duhkha, siempre que vayamos detrás de nuestros apegos y salgamos huyendo de lo que nos provoca aversión, fruto de la ignorancia a la hora de ver la realidad, de ver este mismo proceso.
Añorar una arcadia feliz, en un pasado remoto, que jamás fue así (esperanza de vida inferior a 40 años, exposición a las inclemencias de la naturaleza, hambrunas, plagas, etc...), es seguir corriendo detrás de nosotros mismos, alimentando el mecanismo "me gusta/no me gusta."
Recorrer el camino que pone fin a duhkha a cada instante, es una tarea a realizar, precisamente, con el material que disponemos hoy y en el lugar en el que nos encontramos y, como en todas las épocas y lugares, habrá circunstancias favorecedoras y condiciones alentadoras, así como circunstancias adversas y condiciones extenuantes. De cada practicante depende como se recorre cada una: si bien como una oportunidad para la liberación, o bien, como una ocasión en la que los anhelos y las aversiones se mantienen campando a sus anchas.
![]()
![]()
![]()
No entiendo muy bien qué quieres decir con "práctica del guerrero" ¿Conoces de primera mano a soldados budistasUpasaka escribió: "¿cuál es la diferencia entre la práctica del escribano (desde el sofá) y la práctica del guerrero?"