Desde el budismo, tu idea refleja la impermanencia y la vacuidad. Nuestras interpretaciones dependen de causas y condiciones. Si las leyes del mundo cambian, aferrarse a una lógica fija solo genera sufrimiento. Desde el budismo, la respuesta sería la flexibilidad y el no-apego a cualquier marco conceptual.
Relacionando esto con la física cuántica y el budismo, surje la idea de que la realidad no es ni fija ni independiente. La vacuidad budista recuerda la superposición cuántica, donde las partículas no tienen propiedades definidas hasta ser observadas. La interdependencia se asemeja al entrelazamiento cuántico, donde todo está conectado más allá del espacio-tiempo. Ambas visiones desafían la noción de una realidad objetiva y separada.
Los modelos de Hotel de Hilbert, de la Red de Ishvara (Indra) y de la Matriz Informacional Ontonómica son interesantes para entrelazar budismo y física cuantica.