Condena de la situación de Gaza y Palestina
Condena de la situación de Gaza y Palestina
Hilo abierto para que los foreros puedan expresar su opinión respecto de esta situación.
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"Sé amable siempre que sea posible. Y siempre es posible"
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Re: Condena de la situación de Gaza y Palestina
Gracias Admin
Continuando con lo que decía en el otro hilo, quisiera condenar sin reservas los inaceptables actos de violencia y terrorismo que en fecha reciente están soportando los ciudadanos en Palestina e Israel, y apelar a los bandos contendientes a que prioricen una paz duradera para la región, así como la vida y salud de todos los habitantes de la misma, sea cual fuere su adscripción étnica o religiosa. Muy especialmente de los niños, víctimas inocentes de los odios y violencia de sus mayores. También de los civiles no combatientes, incluyendo a quienes permanecen secuestrados después de tantos meses, para que sean liberados y devueltos sanos y salvos a sus angustiadas familias. Pedir expresamente cesen los ataques a la población civil en el corredor de Gaza y se permita la distribución urgente de ayuda humanitaria.

El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna. (Buda, Dhammapada, 5).
Continuando con lo que decía en el otro hilo, quisiera condenar sin reservas los inaceptables actos de violencia y terrorismo que en fecha reciente están soportando los ciudadanos en Palestina e Israel, y apelar a los bandos contendientes a que prioricen una paz duradera para la región, así como la vida y salud de todos los habitantes de la misma, sea cual fuere su adscripción étnica o religiosa. Muy especialmente de los niños, víctimas inocentes de los odios y violencia de sus mayores. También de los civiles no combatientes, incluyendo a quienes permanecen secuestrados después de tantos meses, para que sean liberados y devueltos sanos y salvos a sus angustiadas familias. Pedir expresamente cesen los ataques a la población civil en el corredor de Gaza y se permita la distribución urgente de ayuda humanitaria.

El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna. (Buda, Dhammapada, 5).
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- Daru el tuerto
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Re: Condena de la situación de Gaza y Palestina
Me sumo:
Pido expresamente cesen inmediatamente los ataques a la población civil en el corredor de Gaza y se permita la distribución urgente de ayuda humanitaria.
Pido expresamente cesen inmediatamente los ataques a la población civil en el corredor de Gaza y se permita la distribución urgente de ayuda humanitaria.
Re: Condena de la situación de Gaza y Palestina
Mi apoyo total a una solución pacifica y a largo plazo del sangriento conflicto que sufre Palestina e Israel, basado en un reconocimiento mutuo y reciproco de derechos y en una solución de dos Estados.
Mi condena absoluta a formas politicas de segregacionismo, u ocupación militar indefinidas sin formas legales reconocidas.
Mi apoyo absoluto a que todos los responsables de las matanzas y crimenes de guerra o contra civiles ocurridos durante las últimas decadas sean juzgados por tribunales internacionales, con especial enfasis en los crimenes de lesa humanidad y genocidio.

Mi condena absoluta a formas politicas de segregacionismo, u ocupación militar indefinidas sin formas legales reconocidas.
Mi apoyo absoluto a que todos los responsables de las matanzas y crimenes de guerra o contra civiles ocurridos durante las últimas decadas sean juzgados por tribunales internacionales, con especial enfasis en los crimenes de lesa humanidad y genocidio.
Re: Condena de la situación de Gaza y Palestina
Comparto las palabras de condena ante lo que no hay justificación de la situación actual en éste conflicto en concreto y en extensión al medio centenar en el mundo.
Comparto las palabras de apoyo en favor a la solución pacífica de este conflicto y el medio centenar más para resolverlos ya sin esperar dilatarlos más en el tiempo.
Mi condena a mayores a quienes justifican, ya sea por su silencio o por sus manifestaciones a aquellos que, pudiendo evitarlos hacen que la tierra se tiña de sangre.
Y por último, comparto mi dolor y la impotencia con aquellos inocentes que sufren injustificadamente.
con mettā
«El abandono del mal, el cultivo del bien y la purificación de la mente: tal es la enseñanza del Buddha».
Vv 183, Cap. XIV Dhammapada.
Vv 183, Cap. XIV Dhammapada.
Re: Condena de la situación de Gaza y Palestina
Dejo aqui traducido un articulo de Bikkhu Bodhi sobre el proceso actualmente en marcha de exterminio, limpieza étnica y en última instancia genocidio por parte de Israel (con la complicidad de paises como EEUU, UK y Alemania y de muchisismo medios de comunicacion y partidos politicos occidentales ) contra la población palestina.
articulo original: https://www.commondreams.org/opinion/ga ... f-our-time
La campaña de Israel en Gaza es la crisis moral más grave de nuestro tiempo
Escribo este ensayo como un monje budista estadounidense de alto rango, de etnia judía, profundamente consternado por el ataque militar de Israel contra la población de Gaza . Considero esta campaña la que quizás sea la crisis moral más grave de nuestro tiempo. Los bombardeos devastadores, el número de muertos en constante aumento, el bloqueo letal de bienes esenciales, la aniquilación de vidas humanas inocentes: todos estos acontecimientos queman la conciencia moral como un hierro al rojo vivo y exigen un grito desde lo más profundo del alma: "¡Por Dios, deténganlo!". De hecho, con su propia discreción, la Corte Internacional de Justicia ha emitido tal grito, pero parece haber caído en oídos sordos.
Considerando los numerosos casos de absoluta inhumanidad ocurridos en tan solo dos décadas —en Irak, Siria, Tigray, Myanmar y Ucrania—, ¿por qué debería destacar a Gaza como la mayor calamidad moral de nuestro tiempo? Expondré cinco razones para ello.
El primero se refiere a la enorme intensidad del ataque. Arif Husain, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, da testimonio de ello con su comentario : «He estado haciendo esto durante las últimas dos décadas y he estado en todo tipo de conflictos y crisis. Y, para mí, esto no tiene precedentes debido, en primer lugar, a la magnitud, la escala, a toda la población de un lugar en particular; en segundo lugar, a la gravedad; y en tercer lugar, a la velocidad con la que está sucediendo, a la que se ha desatado».
A diferencia del Holocausto nazi y otros crímenes de guerra, incluidas las espeluznantes operaciones de Rusia en Ucrania, el genocidio en Gaza se desarrolla en vivo en nuestras pantallas de televisión y computadora, ante nuestros ojos.
Las cifras de muertos, heridos y destrucción en Gaza confirman las palabras de Husain. Nos dicen que el 70% de las víctimas son mujeres y niños; que médicos, personal sanitario, periodistas y profesores universitarios están siendo atacados; que toda Gaza se ha convertido en un campo de concentración donde nadie está seguro. Nos enteramos de familias enteras aniquiladas con la caída de una bomba, tres generaciones aniquiladas en un instante; de niños que pierden a sus padres y a todos sus hermanos, sin familiares supervivientes en el mundo; de hospitales cerrados y sus pacientes obligados a caminar kilómetros hasta zonas de seguridad designadas, solo para ser alcanzados por disparos de francotiradores en el camino o por cohetes al llegar.
Además de las muertes, lesiones y demoliciones causadas directamente por los bombardeos, el bloqueo casi total de Israel a bienes esenciales —alimentos, agua, combustible y medicamentos— profundiza aún más el sufrimiento en los corazones de la población de Gaza, sometiendo a los desplazados a condiciones extremas de hambre, sed y enfermedades infecciosas. Ahora que los principales donantes occidentales suspenden su financiación a UNRWA, la agencia de ayuda de la ONU para los refugiados palestinos, se está cercenando el sustento vital de la población de Gaza. Como un halcón voraz, la hambruna se cierne sobre la Franja, lista para atacar.
El segundo factor que subraya la gravedad moral de la crisis en Gaza es su visibilidad, su vívida inmediatez . A diferencia del Holocausto nazi y otros crímenes de guerra —incluidas las espeluznantes operaciones de Rusia en Ucrania—, el genocidio en Gaza se desarrolla en directo en nuestras pantallas de televisión y ordenador, ante nuestros ojos. Las imágenes saltan de la pantalla y nos imploran que actuemos: niños con extremidades amputadas, con los cuerpos destrozados; bebés abandonados en incubadoras sin energía; edificios de apartamentos y universidades derrumbándose como barajas de cartas; iglesias y mezquitas históricas destruidas sin posibilidad de reparación; refugiados hacinados en campos infestados, clamando por agua y comida; cadáveres arrojados a fosas comunes; cautivos con los ojos vendados y desnudos, desfilando como ganado por calles desoladas.
Estas imágenes hacen que todas nuestras actividades cotidianas —charlar con amigos, salir a comer, unirnos a una reunión familiar, ir a un concierto— parezcan insípidas, vacías y sin sentido. Al presenciar estos crímenes atroces, sentimos que recae sobre nosotros una gran responsabilidad moral, una carga que no podemos librarnos alegando que estas atrocidades no nos conciernen. La carga es dolorosa, pero también emocionante, pues nos recuerda nuestra capacidad de empatía.
Un tercer factor que acentúa la gravedad moral de la crisis de Gaza se deriva del hecho de que es el Estado de Israel , el autoproclamado hogar nacional del pueblo judío, quien inflige todo este sufrimiento, angustia y muerte en Gaza. Sí, exigimos a Israel un estándar moral más alto que a la mayoría de las demás naciones, pero no por prejuicios antijudíos. Lo hacemos porque los judíos son el grupo étnico que experimentó el horror del Holocausto y, por lo tanto, deberían ser los defensores más fervientes del derecho inviolable de las personas a vivir libres de persecución étnica.
El voto de "Nunca más", como lo entienden los judíos de conciencia, significa " nunca más" para nadie . Sin embargo, en lugar de mostrar empatía, Israel ahora usa el trauma del Holocausto —y la culpa de los países que lo infligieron— como escudo para silenciar las críticas y mantener su impunidad. Es como si le dijeran al mundo: "No pueden tocarnos porque cargan con la culpa de nuestro sufrimiento pasado".
Dado que nosotros, como estadounidenses, somos ciudadanos de la nación que, en primer lugar, protege a Israel de la rendición de cuentas, esto nos impone la carga moral de oponernos a las políticas de nuestro país.
La cuarta forma en que la crisis en Gaza tiene peso moral se refiere específicamente a nosotros, aquí en Estados Unidos. Nuestro país es cómplice de los crímenes de Israel. Con nuestros propios impuestos, financiamos el ejército israelí, suministrándole el armamento más avanzado disponible. Damos a Israel cobertura diplomática en la ONU mediante el uso del veto. Y le damos cobertura moral al hacernos eco de los mensajes de su maquinaria propagandística en conferencias de prensa y reuniones internacionales, mientras difamamos a quienes critican sus acciones.
Al considerar en conjunto todas las dimensiones morales de la situación en Gaza —la magnitud de las matanzas indiscriminadas; la cruda visibilidad de la devastación a través de los medios de comunicación; el hecho de que la operación la lleve a cabo el Estado que representa al pueblo judío, víctimas históricas de la persecución y el genocidio; y la complicidad de Estados Unidos—, se llega a la quinta razón por la que se trata de una profunda crisis moral. En conjunto, todos estos factores hacen añicos el marco moral que se nos ofrece como clave para comprender nuestro mundo .
Durante décadas, las principales potencias occidentales se han presentado como los baluartes del orden internacional basado en normas, los defensores de los derechos humanos y la moralidad humana decente. Sin embargo, ahora, bajo los pretextos más superficiales, se arrogan el apoyo incondicional a Israel, incluso cuando la Corte Internacional de Justicia califica sus operaciones como un "genocidio plausible". Esta lealtad inquebrantable a una nación que viola el derecho internacional trastoca la perspectiva moral a través de la cual se nos ha enseñado a ver el orden global. Ahora se despojan de las máscaras, exponiendo la hipocresía de las principales potencias occidentales, oculta tras sus apariencias refinadas.
La crisis en Gaza demuestra que las naciones que deberían defender el derecho internacional y los valores humanitarios traicionan abiertamente sus compromisos. Su bancarrota moral es flagrante. Aconsejan a Israel que lleve a cabo sus operaciones conforme al derecho internacional, pero siguen suministrándole armas incluso cuando las infringe. Afirman estar a favor de la paz, pero en el Consejo de Seguridad de la ONU vetan o se abstienen de aprobar resoluciones que exigen un alto el fuego humanitario. Afirman oponerse al genocidio, pero impugnan el caso de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia. Afirman que Israel debe tratar a los prisioneros con humanidad, pero hacen la vista gorda cuando los tortura, humilla e incluso los ejecuta.
Dado que nosotros, como estadounidenses, somos ciudadanos de la nación que principalmente protege a Israel de la rendición de cuentas, esto nos impone la carga moral de oponernos a las políticas de nuestro país. Dada esta responsabilidad, ¿cómo podemos permanecer en silencio? Simplemente no hay excusa para permanecer impasibles. No podemos permitir que el silencio reine como la última palabra. No podemos permitir que el silencio sustituya a la palabra. Dado que el gobierno de Estados Unidos nos representa, como estadounidenses debemos alzar la voz con valentía y oponernos a su apoyo a las operaciones de Israel.
La realidad es que la clave de una solución está en manos de Estados Unidos. Solo si Estados Unidos ejerce una fuerte presión económica y política sobre Israel, el conflicto podrá resolverse con justicia. Y, fundamentalmente, una resolución justa también beneficiaría a Israel a largo plazo, permitiéndole finalmente vivir en paz con un Estado palestino libre, para beneficio mutuo de ambas naciones.
Cada voz cuenta, y podemos aportar de diversas maneras: uniéndonos a las marchas, escribiendo a la Casa Blanca y a nuestros representantes en el Congreso, publicando noticias y comentarios relevantes en nuestras redes sociales, escribiendo artículos y hablando con amigos. No basta con publicar clichés sobre el amor y la paz en redes sociales ni con fijar palomas y corazones en nuestros perfiles. Para cumplir con nuestro deber como seres morales, necesitamos expresar activamente nuestra solidaridad con los palestinos asediados que no pueden hablar por sí mismos. Y eso significa, para empezar, pedir un alto el fuego total . No solo por la "paz", sino por un alto el fuego real, completo y supervisado .
Pero un alto el fuego es solo el primer paso. Además de detener la actual ola de destrucción, también debemos exigir un esfuerzo genuino, sincero y concertado para satisfacer finalmente las aspiraciones del pueblo palestino de un Estado propio plenamente soberano, que también será la clave para la seguridad de Israel. El camino hacia la solución de este problema de larga data será accidentado y difícil, pero debemos unir nuestras voces y esfuerzos a los muchos que piden que se den los primeros pasos, y que se den ya.

articulo original: https://www.commondreams.org/opinion/ga ... f-our-time
La campaña de Israel en Gaza es la crisis moral más grave de nuestro tiempo
Escribo este ensayo como un monje budista estadounidense de alto rango, de etnia judía, profundamente consternado por el ataque militar de Israel contra la población de Gaza . Considero esta campaña la que quizás sea la crisis moral más grave de nuestro tiempo. Los bombardeos devastadores, el número de muertos en constante aumento, el bloqueo letal de bienes esenciales, la aniquilación de vidas humanas inocentes: todos estos acontecimientos queman la conciencia moral como un hierro al rojo vivo y exigen un grito desde lo más profundo del alma: "¡Por Dios, deténganlo!". De hecho, con su propia discreción, la Corte Internacional de Justicia ha emitido tal grito, pero parece haber caído en oídos sordos.
Considerando los numerosos casos de absoluta inhumanidad ocurridos en tan solo dos décadas —en Irak, Siria, Tigray, Myanmar y Ucrania—, ¿por qué debería destacar a Gaza como la mayor calamidad moral de nuestro tiempo? Expondré cinco razones para ello.
El primero se refiere a la enorme intensidad del ataque. Arif Husain, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, da testimonio de ello con su comentario : «He estado haciendo esto durante las últimas dos décadas y he estado en todo tipo de conflictos y crisis. Y, para mí, esto no tiene precedentes debido, en primer lugar, a la magnitud, la escala, a toda la población de un lugar en particular; en segundo lugar, a la gravedad; y en tercer lugar, a la velocidad con la que está sucediendo, a la que se ha desatado».
A diferencia del Holocausto nazi y otros crímenes de guerra, incluidas las espeluznantes operaciones de Rusia en Ucrania, el genocidio en Gaza se desarrolla en vivo en nuestras pantallas de televisión y computadora, ante nuestros ojos.
Las cifras de muertos, heridos y destrucción en Gaza confirman las palabras de Husain. Nos dicen que el 70% de las víctimas son mujeres y niños; que médicos, personal sanitario, periodistas y profesores universitarios están siendo atacados; que toda Gaza se ha convertido en un campo de concentración donde nadie está seguro. Nos enteramos de familias enteras aniquiladas con la caída de una bomba, tres generaciones aniquiladas en un instante; de niños que pierden a sus padres y a todos sus hermanos, sin familiares supervivientes en el mundo; de hospitales cerrados y sus pacientes obligados a caminar kilómetros hasta zonas de seguridad designadas, solo para ser alcanzados por disparos de francotiradores en el camino o por cohetes al llegar.
Además de las muertes, lesiones y demoliciones causadas directamente por los bombardeos, el bloqueo casi total de Israel a bienes esenciales —alimentos, agua, combustible y medicamentos— profundiza aún más el sufrimiento en los corazones de la población de Gaza, sometiendo a los desplazados a condiciones extremas de hambre, sed y enfermedades infecciosas. Ahora que los principales donantes occidentales suspenden su financiación a UNRWA, la agencia de ayuda de la ONU para los refugiados palestinos, se está cercenando el sustento vital de la población de Gaza. Como un halcón voraz, la hambruna se cierne sobre la Franja, lista para atacar.
El segundo factor que subraya la gravedad moral de la crisis en Gaza es su visibilidad, su vívida inmediatez . A diferencia del Holocausto nazi y otros crímenes de guerra —incluidas las espeluznantes operaciones de Rusia en Ucrania—, el genocidio en Gaza se desarrolla en directo en nuestras pantallas de televisión y ordenador, ante nuestros ojos. Las imágenes saltan de la pantalla y nos imploran que actuemos: niños con extremidades amputadas, con los cuerpos destrozados; bebés abandonados en incubadoras sin energía; edificios de apartamentos y universidades derrumbándose como barajas de cartas; iglesias y mezquitas históricas destruidas sin posibilidad de reparación; refugiados hacinados en campos infestados, clamando por agua y comida; cadáveres arrojados a fosas comunes; cautivos con los ojos vendados y desnudos, desfilando como ganado por calles desoladas.
Estas imágenes hacen que todas nuestras actividades cotidianas —charlar con amigos, salir a comer, unirnos a una reunión familiar, ir a un concierto— parezcan insípidas, vacías y sin sentido. Al presenciar estos crímenes atroces, sentimos que recae sobre nosotros una gran responsabilidad moral, una carga que no podemos librarnos alegando que estas atrocidades no nos conciernen. La carga es dolorosa, pero también emocionante, pues nos recuerda nuestra capacidad de empatía.
Un tercer factor que acentúa la gravedad moral de la crisis de Gaza se deriva del hecho de que es el Estado de Israel , el autoproclamado hogar nacional del pueblo judío, quien inflige todo este sufrimiento, angustia y muerte en Gaza. Sí, exigimos a Israel un estándar moral más alto que a la mayoría de las demás naciones, pero no por prejuicios antijudíos. Lo hacemos porque los judíos son el grupo étnico que experimentó el horror del Holocausto y, por lo tanto, deberían ser los defensores más fervientes del derecho inviolable de las personas a vivir libres de persecución étnica.
El voto de "Nunca más", como lo entienden los judíos de conciencia, significa " nunca más" para nadie . Sin embargo, en lugar de mostrar empatía, Israel ahora usa el trauma del Holocausto —y la culpa de los países que lo infligieron— como escudo para silenciar las críticas y mantener su impunidad. Es como si le dijeran al mundo: "No pueden tocarnos porque cargan con la culpa de nuestro sufrimiento pasado".
Dado que nosotros, como estadounidenses, somos ciudadanos de la nación que, en primer lugar, protege a Israel de la rendición de cuentas, esto nos impone la carga moral de oponernos a las políticas de nuestro país.
La cuarta forma en que la crisis en Gaza tiene peso moral se refiere específicamente a nosotros, aquí en Estados Unidos. Nuestro país es cómplice de los crímenes de Israel. Con nuestros propios impuestos, financiamos el ejército israelí, suministrándole el armamento más avanzado disponible. Damos a Israel cobertura diplomática en la ONU mediante el uso del veto. Y le damos cobertura moral al hacernos eco de los mensajes de su maquinaria propagandística en conferencias de prensa y reuniones internacionales, mientras difamamos a quienes critican sus acciones.
Al considerar en conjunto todas las dimensiones morales de la situación en Gaza —la magnitud de las matanzas indiscriminadas; la cruda visibilidad de la devastación a través de los medios de comunicación; el hecho de que la operación la lleve a cabo el Estado que representa al pueblo judío, víctimas históricas de la persecución y el genocidio; y la complicidad de Estados Unidos—, se llega a la quinta razón por la que se trata de una profunda crisis moral. En conjunto, todos estos factores hacen añicos el marco moral que se nos ofrece como clave para comprender nuestro mundo .
Durante décadas, las principales potencias occidentales se han presentado como los baluartes del orden internacional basado en normas, los defensores de los derechos humanos y la moralidad humana decente. Sin embargo, ahora, bajo los pretextos más superficiales, se arrogan el apoyo incondicional a Israel, incluso cuando la Corte Internacional de Justicia califica sus operaciones como un "genocidio plausible". Esta lealtad inquebrantable a una nación que viola el derecho internacional trastoca la perspectiva moral a través de la cual se nos ha enseñado a ver el orden global. Ahora se despojan de las máscaras, exponiendo la hipocresía de las principales potencias occidentales, oculta tras sus apariencias refinadas.
La crisis en Gaza demuestra que las naciones que deberían defender el derecho internacional y los valores humanitarios traicionan abiertamente sus compromisos. Su bancarrota moral es flagrante. Aconsejan a Israel que lleve a cabo sus operaciones conforme al derecho internacional, pero siguen suministrándole armas incluso cuando las infringe. Afirman estar a favor de la paz, pero en el Consejo de Seguridad de la ONU vetan o se abstienen de aprobar resoluciones que exigen un alto el fuego humanitario. Afirman oponerse al genocidio, pero impugnan el caso de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia. Afirman que Israel debe tratar a los prisioneros con humanidad, pero hacen la vista gorda cuando los tortura, humilla e incluso los ejecuta.
Dado que nosotros, como estadounidenses, somos ciudadanos de la nación que principalmente protege a Israel de la rendición de cuentas, esto nos impone la carga moral de oponernos a las políticas de nuestro país. Dada esta responsabilidad, ¿cómo podemos permanecer en silencio? Simplemente no hay excusa para permanecer impasibles. No podemos permitir que el silencio reine como la última palabra. No podemos permitir que el silencio sustituya a la palabra. Dado que el gobierno de Estados Unidos nos representa, como estadounidenses debemos alzar la voz con valentía y oponernos a su apoyo a las operaciones de Israel.
La realidad es que la clave de una solución está en manos de Estados Unidos. Solo si Estados Unidos ejerce una fuerte presión económica y política sobre Israel, el conflicto podrá resolverse con justicia. Y, fundamentalmente, una resolución justa también beneficiaría a Israel a largo plazo, permitiéndole finalmente vivir en paz con un Estado palestino libre, para beneficio mutuo de ambas naciones.
Cada voz cuenta, y podemos aportar de diversas maneras: uniéndonos a las marchas, escribiendo a la Casa Blanca y a nuestros representantes en el Congreso, publicando noticias y comentarios relevantes en nuestras redes sociales, escribiendo artículos y hablando con amigos. No basta con publicar clichés sobre el amor y la paz en redes sociales ni con fijar palomas y corazones en nuestros perfiles. Para cumplir con nuestro deber como seres morales, necesitamos expresar activamente nuestra solidaridad con los palestinos asediados que no pueden hablar por sí mismos. Y eso significa, para empezar, pedir un alto el fuego total . No solo por la "paz", sino por un alto el fuego real, completo y supervisado .
Pero un alto el fuego es solo el primer paso. Además de detener la actual ola de destrucción, también debemos exigir un esfuerzo genuino, sincero y concertado para satisfacer finalmente las aspiraciones del pueblo palestino de un Estado propio plenamente soberano, que también será la clave para la seguridad de Israel. El camino hacia la solución de este problema de larga data será accidentado y difícil, pero debemos unir nuestras voces y esfuerzos a los muchos que piden que se den los primeros pasos, y que se den ya.
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Carlos
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Re: Condena de la situación de Gaza y Palestina
Expreso mi condena a la masacre brutal e inhumana ejercida en los territorios palestinos, especialmente en Gaza, sobre todo la muerte y daños sufridos por civiles inocentes, destacando especialmente el sufrimiento y el horror vivido por los niños desde que se recrudeció esta tragedia.

Re: Condena de la situación de Gaza y Palestina
Una cuestión que me parece relevante resaltar ante el genocidio criminal y la complicidad miserable de tantos paises es la actitud digna y ética de la iglesia catolica ante el contexto internacional en el que vivimos: la ley del mas fuerte en un mundo sin reglas.
Ante el "business as usual", de muchos que se declaran budistas y defienden hipocritamente que no se debe tomar partido cuando de hecho el silencio es ya una posicion, debo reconocer la valentia de la jerarquia catolica de Roma, con el Papa al frente, en defender el valor de la vida humana ante tanta miseria criminal. Su coherencia de su mensaje ante lo que esta pasando en Palestina y Ucrania es algo que debe resaltarse.
Ante el "business as usual", de muchos que se declaran budistas y defienden hipocritamente que no se debe tomar partido cuando de hecho el silencio es ya una posicion, debo reconocer la valentia de la jerarquia catolica de Roma, con el Papa al frente, en defender el valor de la vida humana ante tanta miseria criminal. Su coherencia de su mensaje ante lo que esta pasando en Palestina y Ucrania es algo que debe resaltarse.
Re: Condena de la situación de Gaza y Palestina
En su nuevo artículo, Bikkhu Bodhi deja muy clara su posición:
https://espanol.buddhistdoor.net/proteg ... smo-moral/
https://espanol.buddhistdoor.net/proteg ... smo-moral/
