Me alivia leerte eso.
Ni yo, ni quiero saberlo

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Pero para que veas que no estoy loco te dejo unas palabritas del Venerable Walpola Rahula:
En consecuencia, resulta curioso que exista desde hace poco, por parte de algunos eruditos, un intento vano de introducir la idea del Yo en la enseñanza del Buddha, la cual es absolutamente contraria al espíritu del buddhismo. Tales eruditos respetan, admiran y veneran tanto al Buddha cuanto a su enseñanza. Pero no pueden imaginar que el Buddha, a quien consideran como el más preclaro y profundo de los pensadores, haya podido negar la existencia de un Atman, Yo o alma que necesitan tanto. Buscan inconscientemente el apoyo del Buddha para esta necesidad de existencia eterna - claro está, no en un pequeño yo individual con "y" minúscula, sino con un gran Yo con "Y" mayúscula.
Más vale decir con franqueza que uno cree en el Atman o Yo; o aun hasta declarar que el Buddha estaba equivocado al negar la existencia del Atman. Pero esto no basta, ciertamente, para que quienquiera que fuere trate de introducir en el buddhismo una idea que, según podemos ver en los textos originales existentes, el Buddha nunca aceptó.
Las religiones que creen en Dios y en el alma, no ocultan estas dos ideas; por el contrario, las proclaman constante y repetidamente, de la manera más elocuente. Si el Buddha hubiese aceptado estas dos ideas, tan importantes en todas las religiones, no cabe duda que las habría declarado públicamente, del mismo modo que procedió cuando habló sobre otras cosas, y no las habría mantenido ocultas para que fuesen descubiertas 25 siglos después de su muerte.
La gente se exacerba ante la idea de que según la enseñanza del Buddha sobre el annata, será destruido el Yo que creen poseer; y él no ignoraba esto.
Cierta vez, un bhikkhu le formuló la siguiente pregunta:
- Señor, ¿existe en caso en que uno se siente atormentado cuando no encuentra en sí mismo algo permanente?
- Sí bhikkhu - respondiole el Buddha - tal caso existe. Un hombre piensa así: "El universo es el Atman; eso seré después de la muerte, permanente, imperecedero, inmutable y como tal existiré eternamente". Pero luego oye al Tathagata o a algunos de sus discípulos predicar la doctrina cuyo fin es la completa destrucción de todas las opiniones especulativas... cuyo fin es la extinción de la "sed"... cuyo fin es el desapego, la cesación, el Nirvana. Y cuando oye esto ese hombre piensa: "Seré aniquilado, destruido, no existiré más". Entonces gime, está atormentado, se lamenta, llora, se golpea el pecho y es embargado por la perplejidad. Este es, oh bhikkhus, el caso en que uno se siente atormentado cuando no encuentra en sí mismo algo permanente.
Y en otro lugar, dice el Buddha: "Oh bhikkhus, estas ideas de que no existiré y no tendré, son atemorizantes para el hombre mundano y no instruido".
Los que desean hallar un "Yo" en el buddhismo arguyen así: "Es verdad que cuando analiza el ser, el Buddha lo describe como materia, sensación, percepción, formaciones mentales y conciencia, y dice que ninguna de estas es el Yo; empero, no declara en forma absoluta que no existe el Yo ni en el hombre ni en ningún otro lugar al exterior de estos agregados".
Este argumento es insostenible por dos razones. La una es que, según la enseñanza del Buddha, el ser consiste únicamente en los mencionados agregados y nada más. En ningún discurso, el Buddha dijo que además de ellos había otra cosa en el ser. La otra razón es que más de un pasaje el Buddha negó de un modo categórico e inequívoco la existencia del Atman, alma, Yo o ego, ya sea internamente en el hombre, o en cualquier otra parte del universo.
En consecuencia, resulta curioso que exista desde hace poco, por parte de algunos eruditos, un intento vano de introducir la idea del Yo en la enseñanza del Buddha, la cual es absolutamente contraria al espíritu del buddhismo. Tales eruditos respetan, admiran y veneran tanto al Buddha cuanto a su enseñanza. Pero no pueden imaginar que el Buddha, a quien consideran como el más preclaro y profundo de los pensadores, haya podido negar la existencia de un Atman, Yo o alma que necesitan tanto. Buscan inconscientemente el apoyo del Buddha para esta necesidad de existencia eterna - claro está, no en un pequeño yo individual con "y" minúscula, sino con un gran Yo con "Y" mayúscula.
Más vale decir con franqueza que uno cree en el Atman o Yo; o aun hasta declarar que el Buddha estaba equivocado al negar la existencia del Atman. Pero esto no basta, ciertamente, para que quienquiera que fuere trate de introducir en el buddhismo una idea que, según podemos ver en los textos originales existentes, el Buddha nunca aceptó.
Las religiones que creen en Dios y en el alma, no ocultan estas dos ideas; por el contrario, las proclaman constante y repetidamente, de la manera más elocuente. Si el Buddha hubiese aceptado estas dos ideas, tan importantes en todas las religiones, no cabe duda que las habría declarado públicamente, del mismo modo que procedió cuando habló sobre otras cosas, y no las habría mantenido ocultas para que fuesen descubiertas 25 siglos después de su muerte.
La gente se exacerba ante la idea de que según la enseñanza del Buddha sobre el annata, será destruido el Yo que creen poseer; y él no ignoraba esto.
Cierta vez, un bhikkhu le formuló la siguiente pregunta:
- Señor, ¿existe en caso en que uno se siente atormentado cuando no encuentra en sí mismo algo permanente?
- Sí bhikkhu - respondiole el Buddha - tal caso existe. Un hombre piensa así: "El universo es el Atman; eso seré después de la muerte, permanente, imperecedero, inmutable y como tal existiré eternamente". Pero luego oye al Tathagata o a algunos de sus discípulos predicar la doctrina cuyo fin es la completa destrucción de todas las opiniones especulativas... cuyo fin es la extinción de la "sed"... cuyo fin es el desapego, la cesación, el Nirvana. Y cuando oye esto ese hombre piensa: "Seré aniquilado, destruido, no existiré más". Entonces gime, está atormentado, se lamenta, llora, se golpea el pecho y es embargado por la perplejidad. Este es, oh bhikkhus, el caso en que uno se siente atormentado cuando no encuentra en sí mismo algo permanente.
Y en otro lugar, dice el Buddha: "Oh bhikkhus, estas ideas de que no existiré y no tendré, son atemorizantes para el hombre mundano y no instruido".
Los que desean hallar un "Yo" en el buddhismo arguyen así: "Es verdad que cuando analiza el ser, el Buddha lo describe como materia, sensación, percepción, formaciones mentales y conciencia, y dice que ninguna de estas es el Yo; empero, no declara en forma absoluta que no existe el Yo ni en el hombre ni en ningún otro lugar al exterior de estos agregados".
Este argumento es insostenible por dos razones. La una es que, según la enseñanza del Buddha, el ser consiste únicamente en los mencionados agregados y nada más. En ningún discurso, el Buddha dijo que además de ellos había otra cosa en el ser. La otra razón es que más de un pasaje el Buddha negó de un modo categórico e inequívoco la existencia del Atman, alma, Yo o ego, ya sea internamente en el hombre, o en cualquier otra parte del universo.
