Perfecto, entonces cualquier experiencia humana, que no se experimente en lo que conocemos como vigilia y que aproximadamente sucede en casi la mitad del tiempo de nuestras vidas, debería descartarse por ser confusa.
Por eso cité la paradoja "Zhuangzi y la mariposa", porque un sueño nocturno, mientras sucede, tiene para la mente una categoría de realidad irrebatible. Al despertar, comprendemos que no es así y eso nos alivia obviamente. Pero la duda sigue, porque ese proceso se repite durante toda la vida.
Creo que Najarguna, en parte, aborda el tema afirmando que los dharmas tienen una existencia efímera. Pero mientras duran
son una ilusión que convence (esto es la paradoja) real e ilusoria al mismo tiempo.
Pero, definitivamente, porque me interesa en sobre manera: ¿Qué tiene para decir el budismo, a la humanidad, respecto de la existencia impermanente y condicionada de esa zona onírica de nuestro descanso díario?
¿La evade por confusa, por inservible y la silencia o realmente la enfrenta y la explica de forma convincente?
Gracias.