Es interesante que haya surgido el tema del amor. Efectivamente, en ese texto (sutta o lo que sea) se habla de amor, pero es un amor con minúsculas. No es Amor. En el budismo theravada, yo creo que no se conoce esa dimensión que se llama Amor. Es verdad que el budismo mahayana sí habla del Amor, si bien parece que guarde relación con la compasión. Yo creo que compasión no es lo mismo que Amor (con mayúsculas, sí). La compasión(lo mismo que el amor, con minúsculas), son sentimientos. Positivos, cierto, pero siguen siendo sentimientos. El Amor no es un sentimiento. Es una experiencia, si se quiere. Aunque realmente es una dimensión, por así decir. Un reino, dirían algunos. Hasta que no se entra en esa dimensión, no se sabe lo que es.
Durante casi cuatro decadas estuve practicando la meditación budista. Empecé con el budismo tibetano, luego continué con el zen. Tuve ciertas experiencias, sin duda, que pueden llamarse kensho. O satori. Samadhi, posiblemente. Esas experiencias son propias del budismo mahayana, y son verdaderamente importantes. Yo las llamaría experiencias de Sabiduría. Pero el Amor es otra cosa. Yo no supe lo que era hasta hace cosa de año y medio.
No, no es enamoramiento. No es un sentimiento, ni nada que se le parezca. Fue otra cosa. Entré en un quirófano para una intervención. Fue con anestesia parcial, y en principio no revestía gravedad. No sé que pasó. Nunca me lo dijeron, ni tengo razones para pensar que algo fue mal. Apenas empezó la operación, fue como si me saliera de mí mismo y entrara en una dimensión de Luz. Creí que había pasado un segundo, cuando me dijeron que la operación había terminado. No quiero entrar en detalles, pero después de aquello todo ha cambiado. Es ya un año y medio, por lo que empiezo a creer que pasó algo.
Muchas veces me he preguntado qué fue lo que viví. La respuesta que me viene es que fui a Dios. Dios es Amor. Puro Amor. Al volver, era yo mismo. El de siempre, (el que no muere, quiero decir, no el ego). El autentico yo. Eso lo sé, porque con ciertos koans del Zen, ya lo había experimentado. Era yo. Yo soy eso. El verdadero yo. El yo que no muere... Eso, lo sabía. Pero esa dimensión de Luz, de Paz, de Amor, de perdón.... Eso no lo conocí hasta el día que entré en ese quirófano.
Desde entonces me dedico a traducir relatos de experiencias cercanas a la muerte (NDE, en inglés). He comprendido, traduciéndolas, lo que me sucedió. Estuve allí. Al otro lado. Estuve con Dios. Dios es Amor. Esta experiencia no contradice en absoluto las otras, las que tuve antes, con la práctica del Zen. Al contrario. Las completa. Esta experiencia es universal. No importa ni la religión, ni la raza ni si practicas o no meditación. Aunque yo creo que la practica de la meditación tuvo que ver con ella. Al menos allanó el terreno para llegar allí (o aquí)
Por tanto, para terminar, lo repito. El Amor es lo mas importante que he conocido nunca. Sigo haciendo zazen cada día, no porque el zazen me lleve a experimentarlo, sino porque la tranquilidad de la postura ayuda muchísimo a recordar (recordar, en el sentido de volver a ella) la experiencia. Es como si una puerta se hubiera abierto para siempre en mi interior, y por ella entrase el eco de esa increíble dimensión de Paz, Amor y Vida. Naturalmente, esto no voy diciéndolo por ahí

. Me tomarían por loco. Pero aquí... Bueno, si aquí no puedo decirlo, para que voy a seguir viniendo? He pensado que este era un buen momento para confesarlo.
Saludos
