Una vez que en la píldora anterior veiamos que no nos gustaba carecer de una esencia inmutable, de un yo real y sólido, trataremos de entender el mundo respecto a este hecho: como este yo ficticio nos condiciona completamente en la vida. Por ejemplo en esta ocasión hablamos del dinero.
Pildora 5- El dinero es nuestro simbolo de realidad.
El dinero es la cosa más valiosa del mundo porque así lo hemos decidido colectivamente. Pero solemos olvidar que el dinero es una construcción social, una fantasia grupal . Es tambien cierto que es algo necesario en un mundo moderno como el nuestro. El peligro es que psicologicamente confundimos los medios con los fines, de manera que el medio se convierte en la meta. El dinero se ha convertido en algo así como "deseo congelado", no en deseo de algo particular, sino en un simbolo de deseo en general. Y es dificil no pensar en la segunda noble verdad: la verdad de la causa del dukkha, el deseo.
Tradicionalmente el dinero ha sido un medio de intercambio, un deposito de valor, y por último capital inversor. Pero tambien tiene otra función muy importante. Pero para entender esta cuarta función debemos recordar de la pildora anterior la idea de la carencia del si-mismo. Tenemos una sensación de un si-mismo, pero esta sensación solo es eso, no es real, no hay un sí-mismo en nosotros. Y esa carencia de si-mismo nos lleva a sentir a menudo que hay algo que no funciona bien en nosotros.
A partir de aqui es más facil entender la cuarta función del dinero: hoy en día el dinero se ha convertido sobre todo en nuestro simbolo de realidad más importante. En nuestro mundo actual se considera que el dinero es la mejor manera de asegurarse uno mismo o el propio si-mismo, a fin de obtener una sensación de identidad sólida, para lidiar con la atormentadora intuición de que en realidad no existimos.
Tradicionalmente, bajo la sospecha insconciente de que la sensación del si-mismo carecía de valor, soliamos visitar templos e iglesias para conectarnos a unn relación con Dios o con los dioses, para atenuar todo lo posible esa sensación de carencia, de dukkha (claro que lo atenua en gran medida. eso es un hecho) . Pero ahora, en nuestro mundo moderno cada día laico, más alejado de la religión, invertimos en titulos y valores seguros y rentables, para afianzar nuestro si-mismo dandole seguridad, sosten económico. Las instutuciones financieras se han convertido de alguna manera en los nuevos templos de nuestra civilización.
Cuanto más valoramos el dinero mas vemos que se utiliza para evaluarnos. El dinero cobra una vida propia y acabamos siendo manipulados por el simbolo que tanto nos tomamos en serio. Por ello en cierto sentido no es que seamos demasiado materialistas sino que no somos lo suficientemente materialistas, porque estamos tan preocupados por el simbolismo (el dinero) que acabamos devaluando la propia vida. Estamos menos hipnotizados por las cosas que el dinero puede comprar que con su poder y posición. En otras palabras no tanto hipnotizados por la comodidad y la potencia de un coche caro, sino lo que dice de mí poseer el úlitmo modelo de Mercedes. "Yo soy el tipo que conduce un Mercedes, que tiene un chalet de veraneo en Mallorca , un yate de recreo y una cartera bursatil de 2 millones de euros".
Desde una perspectiva budista toda esta cuestión es sencilla: intentamos resolver un problema espiritual (nuestro vacio esencial) identificandonos con algo externo a nosotros, que nunca puede aportarnos la sensación de realidad que tanto anhelamos. Nos esforzamos por adquirir una abultada cuenta bancaria, y todas las cosas que la sociedad nos dice que nos harán felices y luego no podemos comprender por qué no lo logran, por qué no pueden resolver esa sensación de que carecemos de algo, de que algo esencial nos falta en la vida. Y por ello a menudo solemos pensar que tal vez lo que nos falte en más dinero. No hemos logrado reunir suficiente dinero. Es una carrera sin fin.
Quienes comprenden que el dinero es sólo un simbolo vacio creado por la sociedad pueden utilizarlo sabia y compasivamente para reducir el sufrimiento en el mundo. Quienes lo emplean para ser más reales acaban siendo utilizados por él. Por que si uno lo piensa con distancia: resulta ridículo desaprovechar una toda una vida siendo utilizado, manipulado por un mero símbolo.
Continuará
