Hola
@tao.te.kat,
"...Y sin tiempo mental, no hay posibilidad de objetivos. No hay ningún futuro imaginario a modelar imaginariamente. Creo que Daido estará de acuerdo con esto. No es que no puedas planificar cosas, eso te haría disfuncional, es que no hay ningún interés especial en un futuro, no hay apego o desapego a los momentos futuros sean cuales sean y eso hace que no aparezcan en tu experiencia mental habitual,
no se piensa en el futuro más que para temas operativos..."
Bueno, si con "temas operativos", uno abarca todas y cada una de las actividades que componen su vida, entonces, sí, pero, quizás, resulta una manera un tanto gris, casi robótica de expresarse. A alguien que fuera padre, por ejemplo, ¿le daría igual lo que pasase con sus hijos? De ser así, ¿correspondería esa actitud con lo que se entiende por recto comportamiento en el Noble Óctuple Sendero? Y en el trabajo, ¿también le daría igual? ¿Esa actitud acompañaría adecuadamente a lo que entendemos por rectos medios de vida?
La vacuidad, la verdad absoluta, la realización, etc. no es algo que "se tenga" o "se experimente", sino que siempre está -ha estado y estará- ahí - aquí. Que en algunas prácticas adopte provisional y temporalmente la forma de una "experiencia del practicante", a modo de upaya, no quiere decir que,
per se, haya un antes y un después de la realización, porque sería como hablar de un antes y un después de la eternidad, lo que, por definición, es un sin sentido. De manera funcional, siguiendo con el ejemplo del upaya de la experiencia, encontrará su sentido en la evolución desde el punto de vista del propio practicante, en una práctica que se diga progresiva, gradual. Pero sería un grave error generalizar, afirmando que
esa es la visión del Budismo Zen - de todo el Budismo Zen - o, peor aún, de toda práctica budista.
Por lo tanto, en la realidad relativa, en la práctica, el otro 50% de la totalidad de la vida, donde la división del tiempo encuentra su sentido, tenemos que ocuparnos, como budistas, como practicantes zen, de las cosas, por eso se habla de recta acción, recta palabra y rectos medios de vida, imprescindibles en una dimensión temporal, y no, exclusivamente, de recta concentración, recto esfuerzo y recta memoria o atención, propios de una dimensión atemporal. La recta visión y el recto pensamient, los otros dos vértices que completan el Noble Óctuple Sendero de la práctica budista, serían el nexo entre una y otra dimensión.
