Gracias a todos por vuestras respuestas, pero aun así sigo sin entender la diferencia entre el pensamiento "dar es bueno" y el pensamiento "este es el adorno de la mente, el soporte de la mente". El sutta indica una diferencia abismal entre ambos tipos de "pensamientos" o intenciones (aquella que se expresa, en términos del budismo antiguo, entre regresar -renacer- y no regresar después de la muerte). No me interesa tanto la cuestión de si se renace en este o en aquel reino de Devas o en un reino de Brahma, pues no siendo mi substrato cultural hindú son afirmaciones que solo tienen un valor simbólico para mí.
Lo que me interesa es comprender la diferencia de carácter ético entre tener un tipo de pensamiento u otro. Todo esa cosmología budista antigua, a mi modo de ver, es simplemente circustancial, estando asociada a los condicionantes culturales del lugar y la época en que el Buddha vivió, pero el sentido ético, si lo tiene, debería ser más facilmente universalizable, aplicable a aquella y a esta cultura.
O bien, y también podría ser este el caso, esa diferencia señalada por el sutta tal vez ya no sea relevante, habría perdido su sentido, para un practicante actual.
En ambos casos, a diferencia del resto de "pensamientos" que acompañan el gesto de "dar" de las otras posiciones con las que se afronta la acción de dar, de ofrecer, de desprenderse, de las que el Buddha habla en el sutta,
la posición interior es la misma:
no buscar el propio beneficio, no tener la mente apegada [a los resultados], no trata de acumular para sí mismo.
Por otro lado, por señalar el contexto, y este detalle lo considero de interés, el discurso
es un discurso dirigido a los laicos, aunque sea Sariputta el que habla en nombre de estos. Tuve esta duda, si el Buddha estaba respondiendo
solo al monje Sariputta, aunque hubiese un gran número de laicos acompañándole; pero cuando vemos aquello que dice el Buddha que es "ofrecido" (comida, bebida, ropa, carro, guirnaldas, perfumes, ungüento, ropa de cama, alojamiento o una lámpara) queda claro que está hablando de los laicos, ya que un monje no podría ofrecer, por ejemplo, un carro.
Por recuperar el contexto del sutta vuelvo a poner, en spoiler, aquellos párrafos que considero esenciales del sutta.
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Danamahapphala Sutta
(Introducción) He oído que en una ocasión el Bienaventurado se encontraba en Campa, en la costa del lago Gaggara. Allí, un gran número de seguidores laicos de Campa fue junto al Venerable Sariputta y, al llegar, lo saludaron respetuosamente y se sentaron a un lado. Una vez que estuvieran sentados allí, se dirigieron al Venerable Sariputta con estas palabras:
“Ha transcurrido un largo tiempo, venerable señor, desde que tuvimos la oportunidad de escuchar una plática del Dhamma de la boca del Bienaventurado. Sería bueno que pudiéramos llegar a escuchar otra plática del Dhamma de la boca del Bienaventurado”.
“Entonces, en ese caso, amigos, vayamos juntos otra vez el próximo día del Uposatha y quizá, entonces, podréis escuchar el Dhamma de nuevo de la boca del Bienaventurado”.
“Como usted diga, venerable señor”, respondieron los seguidores laicos de Campa al Venerable Sariputta. Luego, se levantaron de sus asientos y, saludándolo respetuosamente, se retiraron de allí, manteniendo al Venerable Sariputta siempre a su derecha.
Entonces, cuando llegó el siguiente día del Uposatha, los fieles laicos de Campa fueron junto al Venerable Sariputta y, al llegar, lo saludaron respetuosamente y se pararon a un lado. Luego, el Venerable Sariputta y los seguidores laicos de Campa, se dirigieron juntos al Bienaventurado. Una vez llegados ahí, se postraron delante de él y se sentaron a un lado. Cuando ya estuvieron sentados allí, el Venerable Sariputta se dirigió al Bienaventurado con estas palabras:
“Venerable señor, ¿podría darse el caso en que una persona, ofreciendo un regalo de cierto tipo no lleve, por esto, mucho fruto ni beneficio, mientras que otra persona, ofreciendo el mismo tipo de regalo, obtenga muchos frutos y grandes beneficios?” [...]
(1) “Ahora, Sariputta, considera el caso de una persona que ofrece un regalo no buscando el beneficio propio, con una mente desapegada [de los resultados], no tratando de acumular para sí mismo, [con la idea:] ‘Voy a disfrutar de esto después de la muerte’. Y así, él ofrece su regalo -comida, bebida, ropa, carro, guirnaldas, perfumes, ungüento, ropa de cama, alojamiento o una lámpara- sea a un asceta o a un brahmán. ¿Qué te parece, Sariputta: podría una persona ofrecer un regalo como éste?”
“Sí, venerable señor”.
“Ahora bien, Sariputta, habiendo ofrecido este regalo con el pensamiento: ‘Dar es bueno’, al disolverse su cuerpo, después de la muerte, él reaparece en el plano de los Treinta y Tres Devas. Pero cuando se agote el poder de esta acción, esta gloria y este dominio, él llega a convertirse en ‘aquel que regresa’ y vuelve a este mundo. [...]
(2) “[Pero también, podría darse el caso en que], en lugar de pensar, ‘cuando se ofrezca este regalo, la mente se volverá serena; surgirán la satisfacción y alegría’, él ofrece este regalo con el pensamiento, ‘éste es el adorno de la mente, el soporte de la mente’. Entonces, él ofrece su regalo -comida, bebida, ropa, carro, guirnaldas, perfumes, ungüento, ropa de cama, alojamiento o una lámpara- sea a un asceta o a un brahmán. ¿Qué te parece, Sariputta: podría una persona ofrecer un regalo como éste?”
“Sí, venerable señor”.
“De modo que, habiendo ofrecido su regalo de esta manera, él no busca su propio beneficio, no tiene la mente apegada [a los resultados], no trata de acumular para sí mismo, [con la idea:] ‘Voy a disfrutar de esto después de la muerte’.
“Tampoco él piensa ‘Dar es bueno’. […]
“Pero con el pensamiento ‘éste es el adorno de la mente, el soporte de la mente’, al disolverse su cuerpo, después de la muerte, él reaparece en el plano del séquito de Brahma. Y cuando se agote el poder de esta acción, esta gloria y este dominio, él llega a convertirse en ‘aquel que no regresa’ y no vuelve más a este mundo.
“Entonces, Sariputta, ésta es la causa, la razón, el por qué del hecho, según el cual una persona, ofreciendo un regalo de cierto tipo no lleva, por esto, mucho fruto ni beneficio, mientras que otra persona ofreciendo el mismo tipo de regalo, obtiene muchos frutos y grandes beneficios”