El aporte de Upasaka me ha hecho pensar en esos textos del blog. Iba a escribir al respecto, pero ya estaba escrito, luego lo copio, a ver si aporta:
¿Qué es mindfulness? (una visión amplia)
06/11/2020, 7:07 am | Edit this
Filed under: Uncategorized | Etiquetas: atención plena, Budismo, Hinduismo, Mahamudra, mindfulness, sati, smrti, Zen
Sati o Smrti serían los nombres tradicionales de algo que es uno de los ejes del óctuple sendero.
Mindfulness es o no es lo mismo (lo veremos) pero ese sería su nombre actualizado en la lengua del imperio dominante.
En castellano se suele llamar atención plena, que no es que signifique mucho (o nada) pero dejar solo “atención” parecía demasiado pobre, supongo, y la traducción directa “mente plena” (mind full) tampoco suena muy bien y no se sabe muy bien de qué se debería llenar… aunque mindful también se acepta en inglés como “de buena memoria” y eso nos acerca más a la definición clásica.
Sati era una diosa, Smrti significa “aquello que debe ser recordado” coincidiendo bastante con “mindful” (buena memoria).
¿Por qué entonces en castellano hablamos pues, de “atención plena”?
¿Qué es ese mindfulness? ¿para que sirve? ¿hay varios tipos o solo uno? ¿cómo funciona? ¿es memoria o es atención? Pues no parece que ambas cosas sean lo mismo, ¿verdad?
Bueno, estas y otras preguntas espero que podamos, si no resolverlas, al menos dar una visión coherente de cuales podrían ser esas respuestas en un cierto marco. Como siempre no se pretende asentar verdades absolutas, sino crear un sistema coherente que nos sea útil en nuestra evolución espiritual pero con significados pactados muy concretos, o todo lo concretos que sea posible.
Lo primero es decir que el texto tiene sentido porque espiritualmente eso que se ha dado en llamar tradicionalmente sati, se considera fundamental para ese progreso espiritual.
En el budismo es uno de los ejes del sendero óctuple, ya lo hemos dicho. Luego no es poca cosa.
En hinduismo, sati es fundamental también.
En Zen o Mahamudra se habla continuamente de la atención y el mindfulness, etc…
Así pues parece que sí es un tema importante.
En este blog se habla de la mente mindful, pues bien, es lo mismo o casi.
La mente mindful es aquella que ejerce sati o smrti, y por contraste la mente reactiva es la que no ejerce sati, o smrti.
Bien, pero qué es eso ¿es recordar? ¿o es atender? ¿atender a qué? ¿recordar qué?
Empecemos por el final, el mindfulness del siglo XXI.
Esa práctica laica, no asociada a ninguna tradición, religión, doctrina o creencia y que se nos vende como una panacea para una vida más gozosa o plena.
Alineados con esa visión, si buscamos, veremos que se ofrecen bastantes cursos, que lo que nos prometen es menos estrés, y se dirigen a menudo al mundo laboral, especialmente de líderes y ejecutivos. Nada de espiritualidad, liberación, no-yoes vs. atmanes, planos mentales, samadhis, realizaciones, todo-es-mente, iluminación… nada de eso. Todo eso queda lejos, muy lejos. Es todo bastante más mundano.
Una de las definiciones de qué es “eso” más aceptadas es la de Kabat-Zinn, gran valedor de este mindfulness laico y viene a decir:
“Es la conciencia que aparece al prestar atención deliberadamente, en el momento presente y sin juzgar, a cómo se despliega la experiencia momento a momento”
Bien, es una definición bastante neutra ciertamente. Observas y no juzgas, viene a ser eso ¿no?
Un practicante budista o hinduista podría pensar justo a continuación, y eso a mi, ¿en qué me va a ayudar?
Aprovecho para decir que el mindfulness suele ser apartado y abandonado inadvertidamente por muchos practicantes espirituales, y eso suele ser así porque ni es fácil, ni es cómodo, ni aporta gozo como una buena meditación, no siempre tenemos claro en qué nos podría ayudar, se nos piden muchas más horas que las meditativas (idealmente todas), hoy día parece muy mundano, etc… Todo son pegas…
Es por eso una práctica muy fácilmente abandonable y ese abandono probablemente condicionará grandemente la situación del practicante (y para mal). Lo veremos.
Además el hecho de que haya sido incorporado a la curación de esos pobres ejecutivos estresados para que puedan mantener su salud y por tanto el rendimiento laboral, y seguir destruyendo el planeta y empobreciendo a sus habitantes (no todos, claro, permitidme alguna broma de tanto en tanto), hace que además tenga hoy día un aura de cierta falsedad espiritual. En cierta forma, ganada a pulso.
Una herramienta que te permita tolerar mejor esta sociedad enferma (y nada más), parafraseando a Krishnamurti, no se puede considerar un remedio. A nada.
Hace pocos días hablábamos del “ahora”, creo recordar que hasta nombrábamos a Kabat-Zinn, y una de las conclusiones del texto es que el “ahora” era un buen medio útil para llevarnos al mindfulness neutro correcto.
Bien, pues justo lo mismo es lo que nos pretende explicar Kabat-Zinn. Este mindfulness, siendo correcto es neutro. Más adelante veremos qué es un mindfulness no neutro.
Dogen en los ocho principios vitales de los grandes seres dice que el mindfulness es un escudo.
Eso encaja totalmente con la idea actual de protección de la persona frente al estrés, un escudo frente al estrés. Un escudo es algo neutro, para los golpes pero no aporta nada más. Nadie ha dicho que libere, ni que aporte sabiduría, ni samadhis, etc…
Creo que la metáfora del escudo de Dogen es muy buena. Es justo eso. Esa activación de la mente mindful para básicamente “no hacer nada concreto” acaba atendiendo al ahora (que ya sabemos que es simplemente no atender a nuestro intelecto, ni a nuestras fantasías) y no realizamos juicios (que básicamente solo podrían ser intelectuales) al respecto de lo que pasa.
Luego ¿qué hacemos?, pues básicamente nada, observamos e intentamos mantener el mindfulness. La inteligencia está despierta, y así podemos procesar lo que leemos o nos dicen, si es que ocurre tal cosa y responder.
A partir de la activación de ese escudo podemos añadir más ingredientes o quedarnos así. En caso de quedarnos así tendremos un mindfulness que aquí llamaremos “neutro” y que nos aporta cierta vivencia no-intelectual (que es bueno), no-conceptual y una mejora en las condiciones vitales (menos estrés, que es bueno también).
¿Por qué bloqueamos el estrés de forma notoria?
Pues por lo de siempre, porque gran parte de nuestro estrés (que es sufrimiento, es dukkha) es auto-generado por nuestro intelecto.
No intelecto, no estrés (o casi).
El estrés laboral surge en gran parte por el afloramiento mental de todas esas planificaciones futuras que prevemos difíciles de cumplir o que creemos que nos van a provocar problemas, y eso nos genera ansiedad, sufrimiento.
Bloqueado eso, la cosa mejora.
En realidad lo de juzgar o no juzgar es accesorio. Puedes ejercer mindfulness y seguir sin estar estresado mientras concluyes que tu superior jerárquico es un incompetente. No afecta. Prueba.
En cambio si te pones a repasar todo lo que has de hacer este mes o el jefe se enfadará, seguramente te alteres. Y eso no es juzgar, es prever.
Lo de no juzgar, es una forma accesible de decir, más mal que bien, que no uses demasiado el intelecto para generarte sufrimiento. O aquello del zen de no ansiar, ni rechazar. Supongo que todas las frases anteriores eran demasiado “sectarias” para poderlas poner en una definición de mindfulness neutro. Pero como siempre, lo que te evitará el sufrimiento es no ansiar, ni rechazar. Lo cual logramos inicialmente de forma muy burda, simplemente no ejerciendo el intelecto.
Pero ya vemos claro por qué es un escudo: baja la guardia un minuto y los pensamientos de siempre resurgen, con más fuerza si cabe…
Por tanto las virtudes de la práctica quedan algo reducidas a menos que podamos estar siempre mindful, y ¿podemos?
No, normalmente no, ni tras un entrenamiento de años o décadas. Incluso si lo logras en la vigilia todavía te quedaría el sueño, que puede estar preñado de estrés, lo notarás al despertar. Esa es la gran frustración del practicante de mindfulness neutro.
No creo que suela pasar que nadie se libere completamente solo con mindfulness neutro, ni tan siquiera se acerca. De hecho es raro que llegue a tener si quiera un despertar o kensho provisional. Por bueno que sea en esto del mindfulness.
¿Entonces? ¿por qué se usa en budismo?
Bien, hemos visto lo que hoy día llaman mindfulness y que aquí llamamos mindfulness neutro.
¿Y cual es entonces el no-neutro? ¿es esa la solución?
Hace unos días, decíamos que Smrti (y mindful, en cierta manera) significa recordar.
¿Y qué recordamos cuando hacemos mindfulness neutro?
Alguien podría decir que lo que recordamos es precisamente estar mindful. De hecho creo que esa es la forma de verlo en general cuando se asocia mindfulness y recordar.
Bueno, podría ser, pero cuando haces eso es que no estabas aún mindful. ¿Qué recuerdas pues, cuando ya estás mindful en un mindfulness neutro?
Nada concreto. Y justo por eso lo llamamos neutro.
¿Y qué debería recordar el practicante en un mindfulness no-neutro?
Pues cualquier cosa que proceda.
El mindfulness de nuevo, es solamente un medio útil. Podemos usarlo para lo que creamos oportuno. O dicho de otra manera, al estilo de este blog: la mente mindful es la que sirve para aprender/cambiar patrones, luego “lo que recordamos” es lo que queremos cambiar o realizar.
Un ejemplo tonto, tenemos un patrón reactivo que no nos gusta y que por eso queremos cambiar, por ejemplo comernos las uñas (muy espiritual, para que veamos que la herramienta es de uso general).
Pues lo que hacemos de forma intuitiva es “recordarnos” que no queremos mordernos las uñas. Cuando nos encontramos mordiéndonoslas, reaccionamos y pasamos al modo mindful: “¡mierda! otra vez mordiéndomelas”. Lógicamente un segundo antes estábamos en el modo reactivo y claro, se aplicó el patrón habitual de reducir (sublimar) los nervios mordiéndonos las uñas… Pero a base de insistir y “estar consciente de no modernos las uñas el máximo tiempo posible”, quizá logremos dejar de hacerlo en unos días o semanas o nunca… quién sabe…
Bien, pues ahí tenemos una forma de mindfulness no neutra. Fácil ¿no?
No hacemos mindfulness porque sí, sino con un objetivo muy concreto. Al final la dos mentes en liza son las mismas (la reactiva y la mindful) pero, especialmente la mindful, tiene un objetivo muy concreto a recordarse (y la reactiva para olvidarlo).
Ese recordarnos es simplemente un “ser conscientes de”, no hace falta más. Ni se verbaliza, ni se busca hacer nada especialmente sofisticado. Es como lo de no comerse las uñas. Así de simple.
Si tu objetivo, en lugar de ser mundano, es espiritual, hablaremos de mindfulness espiritual, que será entonces, según nuestras definiciones, una forma de mindfulness no-neutro.
Aclarar que todo esto no son nomenclaturas habituales o estandarizadas, de hecho he escrito esto porque no he visto reflejadas estas diferencias o sutilezas en otros textos que haya leído (pero leo poco sobre mindfulness, aviso).
Una vez oí (y repito demasiado a menudo) que una experta en mindfulness afirmaba que de salida no estábamos ni un 10% de nuestro tiempo mindful.
En su momento me pareció razonable pero quizá algo exagerado, ahora creo que es al revés, que la media de población en realidad está menos tiempo mindful y además parece que cada vez menos…
Si estar mindful es tan útil, ¿por qué estamos tan poco tiempo mindful inicialmente? ¿y cómo aumento mi tiempo mindful?
Técnicamente no puedes, en realidad si no crees en el libre albedrío esto es así para todo, pero en este caso podemos ver por qué y como se supera esa ausencia de libre albedrío.
Si vivimos en la mente reactiva, que solo aplica patrones de reacción conocidos, parece claro que empezar algo nuevo como el mindfulness va a ser todo un reto, pues no tengo patrones que me lleven de la mente reactiva a la mindful en función de lo que yo desee.
Tal cosa no existe de partida pero puede construirse. Bueno, no en función de lo que yo desee, eso ya es demasiado para un no-libre-albedrío.
Pero pueeds crear algún patrçon que bajo ciertas circunstancias lo haga.
Así que igual que lo logramos con las uñas (a veces) también lo podemos lograr en otros ámbitos.
En su funcionamiento natural, la mente reactiva deja paso a la mindful cuando se encuentra una situación de aprendizaje o que no puede gestionar con sus patrones existentes. Vienes a ser como un avión que va casi siempre en piloto automático pero sabe detectar anomalías y despertar al piloto (que parece un “yo”), que es un recurso más lento y costoso pero que sabe reaccionar ante ellas.
Por ejemplo, vas paseando (o en coche) perdido en tus pensamientos pues vas al trabajo y lo has hecho miles de veces, de repente giras una esquina y ¡pumba! han cortado una calle que es justo la que necesitas coger para llegar a tu destino.
Quizá no hayas reparado en ello, pero lo primero que ocurre es que pasas a la mente mindful (antes estabas en la reactiva) para poder deshacer el entuerto, para buscar el nuevo camino a seguir. Lo notarás porque de repente ya no estás perdido en tus pensamientos, es posible que te cuentes las cosas que haces o no, en función de tu madurez espiritual, pero ya estás en el modo mindful.
Fíjate que el cambio, aunque jurarás que lo has hecho tú, lo han hecho básicamente las circunstancias, pues no hubiera habido ese cambio sin ellas. Es aquello del condicionamiento… Quizá “tú” (sea lo que eso sea) eres el ejecutor, pues lo has hecho, pero no has decidido.
Así pues quién nos va a ir enviando a la mente mindful son las circunstancias.
Y el retorno a la reactiva, tampoco está bajo nuestro control, ocurrirá por absorción. Casi siempre absorción en el intelecto (apego al intelecto), quedamos absortos y empezamos a funcionar en modo reactivo.
Bien, ya conocemos la dinámica, eso que en este blog creemos que es la clave: entender qué pasa y no tanto seguir instrucciones de maestros sin saber qué hacemos…
Es por esto que las “campanitas” de las apps de mindfulness funcionan. Son ellas las que hacen tu cambio de mente.
A mi no me gustan especialmente, me gusta algo más natural porque pasarás a depender de ellas. Digamos que subcontratas ese retorno a la mente mindful. Lo externalizas del todo o en parte (en función de si además retornas por otras causas).
Nadie ha dicho, aunque quizá se asume que sí, que por usar la campanita te vas a acostumbrar a estar mindful cuando no esté la misma. Pues no tiene por qué pasar. Y creo que no pasa, si la dinámica mental es la comentada, no pasará. Por eso no me convencen y no las suelo recomendar.
Tiene más sentido usar “anclas” mnemotécnicas en nuestro día a día, por ejemplo, en mi caso recuerdo que me di cuenta que me levantaba y tras un tiempo despierto, siempre recordaba estar mindful mientras me duchaba, eso era así porque por las razones que sean, se estableció un ancla en ese punto y no antes.
Al final la dinámica es la misma, pero más natural. Pero es cierto que puede forzarse desde “fuera” como las campanitas, ponerte post-its, etc… O establecer anclas mentales, de aquellas del tipo “me comprometo a estar mindful cada vez que pase por la puerta de la oficina”. E insistir…
Así que, a base de insistir, esas anclas se van estableciendo si se establece un interés fuerte en estar mindful. Incluso sin que tales trucos anteriormente comentados se apliquen, porque también iremos creamos conexiones entre no sufrir tanto y estar mindful, e inconscientemente la mente va estableciendo las anclas si nque nos demos cuenta…. para sufrir menos…