La Venerabla Subha da lo que le pide un insistente acosador.
El hijo del orfebre interrumpe el camino de la monja Subha:
"¿Qué mal te he hecho
para que te interpongas en mi camino?
No es apropiado amigo,
que un hombre toque a una mujer que ha renunciado.
Yo respeto el mensaje del Maestro,
el entrenamiento enseñado por el que ha partido.
Soy pura, sin mancha,
¿por qué te interpones en mi camino?"
"Tú con tu mente agitada,
yo, inalterable;
tú, apasionado,
yo, desapasionada, sin mancha,
con la mente liberada.
¿Por qué te interpones en mi camino?"
(El hijo del orfebre):
"Eres joven y bella,
¿qué necesidad tienes de renunciar?
Deshazte de tu manto ocre,
ven, deleitémonos en este bosque florido.
Los árboles imponentes esparcen su dulzura,
el comienzo de la primavera es un tiempo agradable.
Ven, deleitémonos en este bosque florido.
Los árboles con sus brotes en flor
susurran en la brisa.
¿Qué deleite obtendrás si te adentras sola en el bosque sin compañía?
rodeada por manadas de bestias salvajes,
perturbada por los elefantes excitados en celo.
¿Quieres ir sola por este solitario y gran bosque aterrador?
Como una muñeca dorada andarás de un lado a otro,
cual diosa en los jardines del cielo.
Con tejidos Kasi delicados y suaves,
resplandecerás, ¡oh belleza sin comparación!
Yo estaría bajo tu poder si moráramos juntos en el bosque.
Porque no hay criatura más querida para mí
¡Oh ninfa de lánguida mirada!
Haz felizmente lo que te pido,
ven a vivir a mi casa.
Habitando en la calma del palacio,
haz que las mujeres te sirvan,
viste las delicadas telas de Kasi,
adórnate con guirnaldas y cremas.
Te haré muchos y variados adornos
de oro, joyas y perlas.
Recuéstate en una lujosa cama,
perfumada con tallos de sándalo,
con una delicada colcha limpia de lana y a estrenar.
Como un loto azul que surge del agua,
donde habitan espíritus no humanos,
llegarás a la vejez sin que tus miembros sean vistos,
si te quedas como estás en esta vida santa".
(La monja Subha):
"¿Qué esencia asumes en este cuerpo
sujeto a la desintegración?
¿Qué ves cuando me miras
tú que que no estás en tus cabales?"
(El hijo del orfebre):
"Tus ojos son como los de un cervatillo,
como las de una ninfa en las montañas.
Viendo tus ojos,
mi deleite sensual crece aún más.
Son como puntas de lotos azules,
impecables en tu rostro dorado.
Viendo tus ojos,
mi deleite sensual crece aún más.
Aunque te vayas muy lejos,
pensaré solo en tu pura mirada de largas pestañas,
porque no hay nada más querido para mí que tus ojos,
¡Oh ninfa de lánguida mirada!
(La monja Subha):
"Quieres desviarte del camino,
quieres la luna como un juguete,
quieres saltar sobre el monte Sineru,
tú que tienes designios sobre una nacida del Buda.
Porque no hay nada en ninguna parte
en este mundo con sus devas,
que sea objeto de pasión para mí.
Ni siquiera sé qué sería esa pasión,
porque ha sido eliminada de raíz.
Como las brasas de un pozo, esparcidas,
como un cuenco de veneno, evaporado,
Ni siquiera sé qué sería esa pasión,
porque ha sido eliminada de raíz.
Ve y trata de seducir
a quien no haya reflexionado sobre esto
o a quien el Maestro no haya instruido.
Pero inténtalo con esta que conoce
y te harás daño a ti mismo.
Ya sea insultada o alabada,
en el placer o en el dolor,
mi atención se mantiene firme.
Conociendo lo no atractivo
de las cosas fabricadas,
mi corazón no se apega a nada.
Soy una seguidora del que ha partido
conduciendo el vehículo de la Vía Óctuple,
mi flecha arrancada, libre de impurezas
me deleito morando en una choza vacía.
He visto títeres bien adornados
atados a palos y cuerdas,
haciendo que bailen de varias maneras.
Cuando se retiran los palos y las cuerdas,
tirados, esparcidos, destrozados,
troceados en piezas, que ya nada se encuentra,
¿En qué parte de todo eso hará la mente su morada?
Este cuerpo tal como es,
cuando está desprovisto de fenómenos no funciona.
Cuando vacío de fenómenos no funcione,
¿En qué parte de todo esto hará la mente su morada?
Como un mural que has visto en la pared,
untado con pigmento dorado,
allí tu visión ha sido distorsionada,
tu percepción de ser humano sin sentido.
Como un espejismo evaporado,
como un árbol dorado en un sueño,
como un espectáculo de magia en medio de una multitud,
corres a ciegas tras lo irreal.
Semejante a una bola de cera,
encajada en un hueco,
con una burbuja en el medio
y bañada en lágrimas,
saliendo de ella secreciones:
las partes del ojo se unen de semejantes maneras".
(entonces la monja Subha) arrancando su hermoso ojo
con la mente desapegada, sin arrepentimiento:
"Aquí está, toma este ojo. Es tuyo."
Y así directamente se lo dio.
De inmediato su pasión se desvaneció
y rogó por su perdón.
"Cuídate, seguidora de la vida santa.
esto no volverá a suceder.
Dañar a una persona como tú
es como abrazar un fuego ardiente,
es como agarrar una serpiente venenosa.
Deseo que estés a salvo. Perdóname".
Y partiendo de allí,
la monja fue a la presencia del Buddha.
Cuando vio la marca de su excelente mérito,
Su ojo volvió a ser como antes.