


Continuando con los Devas. SAṀYUTTA NIKĀYA. Esta colección de discursos del Suttanta Piṭaka conocido como Saṁyutta Nikāya contiene 7,762 suttas de diverso tamaño, generalmente cortos, agrupados en un orden especial de acuerdo al tema, en cinco divisiones principales: (a) Sagāthā Vagga, (b) Nidāna Vagga, (c) Khandha Vagga, (d) Saḷāyatana Vagga y (e) Mahā Vagga. Las cinco divisiones principales (Vagga) consisten en 56 grupos denominados saṁyuttas (temas relacionados entre sí agrupados conjuntamente). Cada saṁyutta se nombra de acuerdo con el tema que trata. Por ejemplo, el Bojjhaṅga Saṁyutta trata de los Siete Factores de la Iluminación. Hay saṁyuttas que tratan sobre algunas personalidades principales como el Venerable Sāriputta, el Rey Pasenadi de Kosala o Sakka. El Kosala Saṁyutta es un grupo de discursos relativos al Rey Pasenadi de Kosala. El Devatā Saṁyutta aborda el tema de los devas como Sakka, Indra, Brahmā, etc. Además, cada saṁyutta se divide en secciones (vagga), las cuales están compuestas por suttas individuales. Así, el bien conocido Dhammacakkappavattana Sutta es el primer discurso en la segunda sección del Sacca Saṁyutta, que se encuentra en la división Mahāvagga del Saṁyutta Nikāya. En los siguientes extractos del Saṁyutta Nikāya, sólo se dan unos cuantos suttas representativos de cada división principal.
I. DEVATĀSAṀYUTTA. A petición de un Brahmā, el Buddha explica en el Oghataraṇa Sutta de este saṁyutta, que él atraviesa la corriente del deseo sensual, de la existencia, de las concepciones erróneas y de la ignorancia, ni permaneciendo inactivo ni haciendo grandes esfuerzos. Permaneciendo inactivo, él será succionado por el remolino; haciendo grandes esfuerzos él será arrastrado por la corriente de la inundación. Él sigue el camino medio.
El Buddha también enseña en otros suttas de este saṁyutta, que todos los seres están enredados en la red de los apegos que surgen de las seis bases internas de los sentidos y de los seis objetos de los sentidos externos. La manera de salir de estos enredos es establecerse en los preceptos (sīla), desarrollar la meditación de concentración (samādhi) y la meditación de introspección (paññā) para lograr totalmente el más alto conocimiento de la liberación.
Hasta que uno haya desarrollado completamente el conocimiento del Sendero, el deseo (taṇhā) aún puede producir renacimiento. Esto se basa en la historia de un deva llamado Samaṇa, y se relata en el Accharā Sutta. Un cierto joven con fe en la Enseñanza del Buddha es admitido en la Orden. Después de escoger un objeto de meditación, se retira a una morada solitaria en el bosque y se dedica incesantemente a la práctica de la meditación. Sus esfuerzos en la meditación son muy intensos. De esta forma, esforzándose de día y de noche, se debilita debido a la falta de comida suficiente y nutritiva, y repentinamente, le sobreviene un ataque de parálisis que le causa una muerte instantánea. No obstante que ha hecho un gran esfuerzo en la práctica de la meditación, él muere sin lograr la etapa de ganador de la corriente (Sotāpanna). Debido a que el deseo (taṇhā) aún no ha sido erradicado, él tiene que continuar en el ciclo de las existencias; pero como consecuencia del mérito que ha adquirido practicando la meditación, le espera un espléndido palacio en el plano celestial de Tāvatiṁsa.
Por manifestación espontánea, él aparece como si apenas se hubiera despertado del sueño, a la entrada del palacio, como un ser celestial resplandeciente en un atavío totalmente celestial. Él no se da cuenta que ya ha tomado una nueva existencia en un nuevo mundo. Piensa que todavía es un bhikkhu en el mundo humano. Las doncellas celestiales, que están esperando su llegada, traen un espejo de cuerpo completo y lo colocan enfrente del deva. Al ver su reflejo en el espejo, él finalmente comprende que ha dejado la existencia de bhikkhu y que ha surgido en el reino celestial.
Entonces el Samaṇa Deva se siente muy perturbado. Reflexiona que él adoptó la meditación, no para renacer en un plano celestial, sino para obtener la meta de la Fruición del estado de Arahant (Arahatta Phala). Entonces, sin entrar al edificio celestial, acude apresuradamente ante la presencia de Buddha y le pregunta cómo evitar y trascender el jardín Mohana, la mansión celestial Tāvatiṁsa, llena de doncellas celestiales que a él le parecen ser como demonios. El Buddha le aconseja que el camino directo para un escape rápido es el Noble Óctuple Sendero utilizando el carruaje Vipassanā de dos ruedas, las ruedas del esfuerzo físico y mental.
Mientras el Buddha le enseña el Dhamma en tres versos, el Samaṇa Deva puede desarrollar rápidamente los sucesivos conocimientos de Vipassanā (vipassanā ñāṇas) paso por paso, hasta que logra el primer Sendero y Fruición.
I I. DEVAPUTTASAṀYUTTA. En el Rohitassa Sutta de este saṁyutta, el deva Rohitassa se presenta ante el Buddha con otro problema. Le dice al Buddha que en una vida anterior fue un ermitaño dotado con poder psíquico sobrehumano que le permitía viajar a través del universo a inmensa velocidad. Él había viajado a esa velocidad por más de cien años intentando llegar al fin del mundo, pero no tuvo éxito. Él quiere saber si sería posible conocer, ver o alcanzar el fin del mundo, donde no hay nacimiento ni muerte, viajando allí. El Buddha le dice que él no declara que exista el fin del mundo, donde no hay nacimiento ni muerte, que se pueda conocer, ver o alcanzar viajando allí.
Sin embargo, él no dice que existe la cesación del sufrimiento sin alcanzar el Nibbāna. Es este cuerpo de uno mismo de seis pies de largo con su percepción y su mente lo que el Buddha describe como el mundo, el origen del mundo, la cesación del mundo y el camino que conduce a la cesación del mundo. El camino del Buddha que lleva a la cesación del mundo es el Noble Óctuple Sendero.