Gracias a todos por vuestros comentarios.
@Pietro, en cuanto a esto que comentas:
escribió: "... Pero mi pensamiento es que la filosofía griega no es un acontecimiento prescindible y arrinconable geograficamente como occidental..."
, creo que habría que introducir un matiz importante.
La filosofía griega, es decir, la filosofía occidental,
sí que nace como fenómeno estrechamente ligado a unas determinadas circunstancias sociales y culturales y, por lo tanto, temporales y locales - aunque hoy, en el mundo globalizado en el que vivimos, en el que el concepto de frontera cultural resulta cada vez más difuminado -, cosa que, corrígeme si me equivoco, además de figurar así en cualquier manual de Historia de la Filosofía, es directamente observable para aquellos que se adentran en el estudio de los pensadores de la Antigüedad. Lo cual, por volver mis pasos sobre lo que nos ocupa, dejando de lado el de los inicios de la Filosofía Occidental - en los que fácilmente me perdería -, creo que desde un punto de vista budista, la cuestión aquí, es que la identificación de las diferencias culturales e idiosincráticas de la práctica de la Vía en los distintos lugares y épocas en los que esta se ha ido inculturizando,
es crucial para aquellos que aspiran - aspiramos - actualizar en, y con, sus -nuestras- vidas el camino que pone fin al "mal-estar" de la existencia, a cada instante. Desde el punto de vista cristiano, la encrucijada actual, que es la del "encuentro con el otro", no crea que sea este el tiempo de la certeza, que hablando sobre el terreno del encuentro religioso, suele oscilar, habitualmente, entre lo conflictivo y el colonialismo espiritual, se trate de la religión que se trate, sino, más bien, creo que este es el tiempo de la
charitas - caridad - y del
agape - el banquete fraterno -, en el que todas las mujeres y hombres se reconocen como hermanos, como iguales, en su doble condición, siguiendo con la terminología cristiana, de mortales y, por lo tanto, limitados e incapaces de comprender, totalmente, el misterio divino, al tiempo que perfectos y partícipes de lo más alto como obra de su creación.
...
Continuando con el paper:
En dicho relato se da por sentado - y, por lo tanto, ni viene articulado ni se argumenta nada sobre la misma - la creencia de que el lenguaje es un
elemento evitable y opcional en la experiencia humana. El lenguaje resulta así entendido como independiente y separable tanto del sujeto como del objeto de la misma forma que una herramienta o un instrumento puede separarse del trabajador y de la obra en la que trabaja. Aquí Fromm recurre a metáforas sobre la utilidad y la "teoría instrumental" del lenguaje, la comprensión dominante del lenguaje en el pensamiento moderno occidental. Debido al alcance de su influencia, la aplicabilidad de dicha teoría al Zen resulta "natural" a Fromm y a otros (2). Sin embargo, mi planteamiento es que tal forma de ubicar el lenguaje con respecto a la experiencia humana es incorrecta y
que el tipo de experiencia pre-lingüística basada en la misma y estimada por Fromm,
no resulta ni posible ni deseable.
Un segundo aspecto que sostiene la postura de Fromm sobre el lenguaje es la actual dicotomía entre pensamiento y sentimiento o, con sus propias palabras, entre "racionalizción y "afecto." Aunque los téminos precisos de la relación no se encuentran definidos, el lenguaje está exclusivamente asociado con el dominio del "pensamiento" y no con el de los "sentimientos." Sin embargo, el despertar, "la comprensión intuitiva de la realidad" (p 94) es una experiencia sentida que no puede ser pensada. Aunque los conceptos incrustados en el lenguaje puedan ser herramientas útiles, con bastante frecuencia son usados erróneamente, de tal forma que
ocultan la realidad tras una "pantalla" conceptual, lejos del alcance de las sensaciones inmediatas. El imaginario de Fromm, en el desarrollo de este dualismo entre realidad percibida directamente y pensamiento "filtrado" lingüísticamente, proviene de una particular lectura de Platón:
"La persona racional es la persona alienada, la persona en la cueva la cual, según la alegoría de Platón, ve tan solo las sombras que confunde con la realidad inmediata...La experiencia completa [de la realidad] existe realmente solo hasta el momento en que es expresada a través del lenguaje...las palabras se apropian, cada vez más y más, del lugar de la experiencia. (PZB, p. 109).
2. Para un excelente estudio de la teoría instrumental del lenguaje, así como una crítica exhaustiva, ver: Hans-Georg Gadamer, "Verdad y método" (New York: Seabury Press, 1975), Part III.1
[n. del t.]: las negritas y subrayados son míos.
