Un sermón sobre el rostro original

El Zen de Hakuin.
Daido
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Re: Un sermón sobre el rostro original

Mensaje por Daido »

"El corazón mismo es verdaderamente el Buda. Lo que se llama "ver la propia naturaleza" significa alcanzar la realización del Buda del corazón. Rechaza los pensamientos una y otra vez, y luego observa al Buda del corazón. De esto se podría suponer que la verdadera naturaleza no será visible excepto al sentarse en meditación. Eso es un error. Yoka Daishi dice: "Ir también es Zen; sentarse también es Zen. Hablando o en silencio, moviendo el cuerpo o quieto, uno está en paz". Esto enseña que ir, sentarse y hablar son todo Zen. No se trata solo de estar en zazen y reprimir los pensamientos. Ya sea que te levantes o te sientes, mantente concentrado y atento. De repente, el rostro original te confrontará".

Mi comentario:
El corazón mismo es verdaderamente el Buda
No hay que buscar a Buda fuera de uno mismo. Buda es el mismo corazón, pero no el órganos que late, sino la esencia de nuestro ser. Aquello que no nace ni muere. Aquello que permanece inmutable. No es una idea. Es la realidad misma. Solo se conoce por experiencia directa, y no puede ser puesto en palabras.
Lo que se llama "ver la propia naturaleza" significa alcanzar la realización del Buda del corazón


"Ver la propia naturaleza" no es verla con los ojos. Se trata de una realización, en el sentido de experiencia dharma. Es algo que ocurre de un modo imprevisto y que perdura en nuestra mente, pero no como un recuerdo que pueda ponerse en palabras. Esta realización nunca se olvida. Nos transforma a partir del mismo momento que sucede. La transformación es lenta y dolorosa, sin embargo. ¿Pero cómo sucede?
Rechaza los pensamientos una y otra vez, y luego observa al Buda del corazón.


La práctica de zazen es la manera de hacer que ocurra la transformación. Rechaza los pensamientos una y otra vez, y vuelve de nuevo al Buda del corazón. No es un Buda, ni está en el corazón, sin embargo. Es la verdadera realidad, y el corazón es el aquí-ahora. La práctica de zazen es muy importante ahora. No debe abandonarse.
De esto se podría suponer que la verdadera naturaleza no será visible excepto al sentarse en meditación. Eso es un error. Yoka Daishi dice: "Ir también es Zen; sentarse también es Zen. Hablando o en silencio, moviendo el cuerpo o quieto, uno está en paz"
Si solo fuese posible observar al Buda en el corazón, durante la meditación, habría que sentarse todo el día si es que quisiéramos hacer que la experiencia tenida se transformase en realización completa. Pero no es así. Caminar es Zen, sentarse en un sillón es Zen, hablar y escuchar es Zen, estar en silencio es Zen, mover el cuerpo es Zen, estarse quieto es Zen....

Ver al Buda en el corazón, una vez, no es dificil. Lo dificil es que el Buda esté presente todo el tiempo, día y noche. Eso requiere una vida entera de práctica. La experiencia inicial es como una semilla, que se planta. Al poco, ya no se ve. Pero luego, la semilla brota y crece, y se convierte en un arbol, y el arbol da fruto. La semilla no existe cuando recogemos el fruto. Pero en la semilla estaba presente ya el fruto.
Esto enseña que ir, sentarse y hablar son todo Zen.
Zen es la vida entera, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, y desde que nos acostamos hasta que nos levantamos. No hay un solo momento que no sea Zen. Cuando estamos ociosos, también es Zen. En vez de dejar vagar los pensamientos, volvemos al Buda en el corazón.
No se trata solo de estar en zazen y reprimir los pensamientos.
En Japón, los maestros dicen "mata la mente", pero no se refieren a matar en el sentido de reprimir los pensamientos, sino de dejarlos ir y volver a la concentración, sea en la respiración o sea en el Buda del corazón. El Buda en el corazón, no es un Buda, ni está en el corazón, como se ha dicho ya. Está en el aquí-ahora, y es la naturaleza misma de nuestra mente. Aquello que no nace ni muere. Nuestro verdadero Yo.
Ya sea que te levantes o te sientes, mantente concentrado y atento.
Siempre en este momento, sentado o de pie. Atentos a esta respiración, o al Buda en el corazón: el aquí-ahora.
De repente, el rostro original te confrontará"
La realización sucede y ves el rostro original. Esta realización es un verdadero kensho, no un kensho inicial. Para ello se practica normalmente con koan. El maestro Myojo es un maestro Rinzai. Esto ocurrirá en un instante, cuando menos lo esperes. La experiencia pasa, pero la realización permanece.
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