P. Enomilla Lassalle

[JLZaragoza]

El reducido número de japoneses que practican zen en la actualidad en Japón tiene mucho que ver con sus largas jornadas laborales. Muchos japoneses de clase media trabajan 10, 12, o 14 horas diárias. Y solo tienen una semana de vacaciones al año. Sin puentes. Muchos trabajadores solo ven a su familia en foto. ¿Cuántos japoneses se podrían plantear meditar media hora al día o, peor aún, asistir a un sesshin de cuatro días? Pues muy pocos. No es de extrañar que, por ejemplo, los recientes maestros que han presidido o presiden en la actualidad la escuela zen Sanbo, como Yamada, el hijo de Yamada roshi (el que fue maestro de muchos occidentales, como Enomiya Lssalle o Ana maría Schlüter), el anterior, Kubota, o Yamada roshi padre, todos ellos fueran y son altos ejecutivos de grandes empresas. Son los únicos privilegiados "asalariados" que se pueden permitir esas licencias.
Luego están los numerosos monjes de los grandes monasterios zen, como el Eiheiji, al que tienen que acudir obligatoriamente unos tres años los hijos de los sacerdotes zen si algún día quieren heredar el templo de su padre y así vivir de ello.