tao.te.kat escribió: "Luego el concepto "misión" quizá ya funciona al máximo, solo que no tiene resultado que esperábamos, lo posible quizá es difundir el dharma para que 1 de cada 30 iniciados avance realmente por él. Y así es en todas partes. Igual que las plantas esparcen cientos de semillas para que una sola planta o pocas, progresen."
Creo que esto es fundamental. La reflexión en el Budismo sobre la transmisión, no debería mirar tanto al volumen de aquellos que forman la nueva generación, sino a que si allí donde se acercan, movidos por sus inquietud, es, verdaderamente, un lugar que se caracteriza por la práctica del Dharma, manteniendo tanto la autenticidad de su propuesta como el necesario espíritu renovador para no fosilizarse en la literalidad y la imitación de las formas y ritos de los budistas de otras culturas.
A lo largo de los 25 siglos de historia del Budismo, se pueden encontrar etapas y momentos para todos los gustos. Pero, pienso que si se pone un especial hincapié en las dificultades de las circunstancias de una determinada situación - más allá del pertinente análisis para valorar que podría hacerse de otra manera -, se corre el riesgo de caer en una cierta inercia o complacencia (derrotismo?), que sería, a todas luces, contraproducente. Por poner un ejemplo de los antiguos, si Kumarajiva hubiese bajado los brazos durante sus más de 15 años de cautiverio y no se hubiese molestado en aprender chino, en profundizar en las escrituras, en definitiva, en seguir practicando el Dharma, en esas circunstancias, probablemente, la evolución del Budismo en China habría sido muy diferente.
En cualquier caso, hagamos lo nuestro , lancemos nuestras semillas al viento y que, lo demás, sea lo que tenga que ser.