Subo este inspirador hilo con unas palabritas de Ajahn Chah que creo haber compartido en alguna ocasión:
El corazón del camino es muy simple. No se necesitan largas explicaciones. Abandona la inclinación por el apego y la aversión, simplemente reposa con las cosas tal y como son. Eso es todo lo que yo hago en mi práctica.
No intentes convertirte en algo. No te involucres en nada…Cuando te sientes, déjalo estar así. Cuando camines, déjalo estar así. No te aferres a nada. Resístete nada. Por supuesto, existen docenas de técnicas de meditación…Pero todo termina en esto: simplemente déjalo estar así. Camina hasta aquí donde se está tranquilo, lejos de la batalla. ¿Por qué no lo intentas? ¿Te atreves?
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Dice el Venerable:
Tranquilo, lejos de la batalla...
...lejos del agobio, del estrés que provoca todo lo condicionado.
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§ 77. {Iti 3.28; Iti 69}
Esto fue dicho por el Bienaventurado, fue dicho por el Arahant, así lo he oído: “Este cuerpo se desmorona; la consciencia está condenada a marchitarse; todas las adquisiciones son inconstantes, estresantes, sujetas al cambio”.
Sabiendo que el cuerpo se desmorona,
y la consciencia se disuelve,
viendo el peligro de las adquisiciones,
habrás ido más allá
del nacimiento y de la muerte.
Habiendo alcanzado la paz primordial,
permaneces en tu tiempo,
sereno.
SN 35, 29 Addhabhuta Sutta
Esto he escuchado.
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, donde las ardillas van en busca de la comida, cerca de Rajagaha. Estando allí el Bienaventurado se dirigió a los bhikkhus de esa manera:
“Bhikkhus, todo es agobiante. Y, ¿qué es, bhikkhus, ese todo que es agobiante? El ojo es agobiante, las formas son agobiantes, la conciencia del ojo es agobiante, el contacto del ojo es agobiante y cualquier sensación que surge con el contacto del ojo como condición, sea placentera, dolorosa o ni-placentera-ni-dolorosa, también es agobiante. Y, ¿mediante qué cosa es agobiante? Es agobiante mediante el nacimiento, la vejez y la muerte; mediante el dolor, el lamento, la pena, el disgusto y la desesperanza, digo yo.
“El oído es agobiante… La nariz es agobiante… La lengua es agobiante… El cuerpo es agobiante… La mente es agobiante…, los fenómenos mentales son agobiantes, la conciencia de la mente es agobiante, el contacto de la mente es agobiante y cualquier sensación que surge con el contacto de la mente como condición, sea placentera, dolorosa o ni-placentera-ni-dolorosa, también es agobiante. Y, ¿mediante qué cosa es agobiante? Es agobiante mediante el nacimiento, la vejez y la muerte; mediante el dolor, el lamento, la pena, el disgusto y la desesperanza, digo yo.
“Viendo de esa manera, bhikkhus, el instruido noble discípulo experimenta desafecto hacia la forma, desafecto hacia la sensación, desafecto hacia las formaciones mentales, desafecto hacia la conciencia. Experimentando desafecto, llega a ser desapasionado. A través del desapasionamiento [su mente] llega a liberarse. Cuando es liberado, llega este conocimiento: ‘esa es la liberación’. Y él comprende esto: ‘el nacimiento está destruido, la vida santa ha sido vivida, lo que había que hacer ha sido realizado y he aquí no hay más futuros estados de existencia.’”